DRUME NEGRITA
PROGRAMA DE RADIO
MAYTE ACOSTA


DELICIA DIVINA, QUE BUENO QUE ESTAS DE REGRESO, ESTA CIUDAD NO ES LO MISMO SIN TI. HOY ESTAS ENMAYTENADA. A DIFERENCIA DE ESA RUBIA DESPAMPANANTE DE 1.90  YO SOY UNA CASTAÑITA CHAPARRA DE 1.56, AUNQUE CON TANTO TRABAJO Y AÑOS YA ME DEBO HABER ENCOGIDO. AUNQUE NO SOY SALSERA SOY SALSOSA, QUE NO ES LO MISMO NI SE ESCRIBE IGUAL.


Tengo meses que me muero de sueño, no importa cuanto duerma siempre tengo sueño. Ya sé, es cansancio acumulado, en estos días en que tener un horario fijo de trabajo es un lujo, una casi petulancia. Vas de un sitio a otro como velocidad ultrasónica, convertida en supergirl o superwoman. En el ejercicio docente es lo que peor que le puede pasar a un profesionista pues los estados de concentración se diluyen en mil problemas más, que no son necesariamente los personales para que no se malinterprete, sino en aspectos de injusticia interminable.

Entonces mi sueño se confunde con el sueño físico, impertinente sueño que potencia mis determinantes estados de ánimo. En América el tema del sueño no es solo asunto científico de narcolepsia, que no tiene que ver con el sueño de ser narco, ni con que sueño con narcos, ni la posibilidad de que una droga me de sueño. Es aquel padecimiento que se relaciona con el deseo irresistible de dormir, no es lo que yo tengo, yo lo que tengo es otra cosa, es una cosa que se llama vida agitada profesional, fundición intelectual, es decir destrozo de neuronas, incapacidad de la paciencia moral y biológica. Sobre el sueño el arte se regodea, miles de sueños son percibidos en distintas manifestaciones artísticas. Frida Kahlo cobra factura en sus lienzos evocando lo que parece una escena solo posible de ser contenida en un sueño, es obvio porque sus influencias son surrealistas, esos que creían que la verdad habita en el mundo de las quimeras, en los sueños parece el inconsciente manifestarse para recobrar factura de los actos y los olvidos, lo mismo Leonora Carrington, que al jugar con mitos desarrolla una pintura enlazada con la suprarrealidad, determinación dominante también en Remedios Varo.

Los sueños en el arte latinoamericano también se han visto reflejados en la plástica como sueños estéticos, uno de los casos mas emblemáticos es el de ANTROPOFAGIA en Brasil, en esa búsqueda de un discurso formal y de contenidos que solo se alcanza a ver desde una imposición contraria, somos nosotros los que le diremos a Occidente como se hacen las cosas. El famoso cuadro de Tarsila do Amaral llamado Abaporu de 1928 rescata en sus elementos formales una distorsión de la forma dentro de un paisaje determinado por el mundo primitivo, autóctono, somático de Latinoamérica. Otro sueño es el de la identidad, ese que puede regalarnos Ana Mendieta, una víctima del programa PETER PAN, una cosa extraña que a principios de los años sesentas se aplica para Cuba a los niños de los padres contrarios al gobierno de Fidel Castro. Estos niños fueron llevados a Estados Unidos y colocados con familias estadunidenses que los criaron, muchos no volvieron a ver a sus padres nunca mas, como fue el caso de Mendieta, su arte profundamente performatico es un regreso constantemente a sí misma en busqueda de una identidad perdida, de un no ser de ninguna parte. Los sueños de una patria también son calidad de sueños.

Tomas Sánchez se parece a este universo contemporáneo cuando el artista sueña que sea mejor, lo hace con sus lienzos hiperrealistas que tematizan tiraderos de basura, degradación de la sociedad, el maldito consumismo, los sueños de una nada en nada para que reflexionemos sobre nuestra propia razón de ser en este planeta. Los sueños no son una mentira, no son una falacia de la existencia. Por eso tomaré prestados algunos fragmentos de Gabriela Mistral, la premio nobel de literatura chilena, de su poema Los sonetos de la muerte para referir los distintos estados de mis sueños en este viernes vivo en el que vivo:

LOS SONETOS DE LA MUERTE

y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir...

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente...
¡y después hablaremos por una eternidad!

Sólo entonces sabrás el por qué no madura
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.




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