FAMILIARES EN EL EXTRANJERO
PROGRAMA DE RADIO
MAYTE ACOSTA

El otro día escuché algo maravilloso de una amiga querida cuando refería de las experiencias de su madre una vez que retomó los estudios truncados en un momento de su vida. Eso que le pasa a las mujeres cuando se casan y demás. Uno de los maestros de la madre de mi amiga en cuestión escuchando la queja de toda mujer que empieza de nuevo y que cree que eso seria un esfuerzo sobrehumano incapaz de ser superado por alguien que ya encajonó su vida en cunas, cazuelas, trapeadores, besitos por las noches pal de al lado, el maestro entonces sabiamente le dice que este mundo está dividido entre dos tipos de personas: los que sesos tienen y los que se sostienen.

A raíz de eso y sin querer repetirme pensé en varias posibilidades y de pronto imágenes de personas se atropellan en el cerebro cardiaco que poseo y me da por decir, repetir, sostener mas cosas de lo que debido indebidamente presupuesta mi ser dentro de la sociedad, no es miedo no, ¿miedo yo?, es prudencia diría Carmela, una ex vecina que hasta al decir los buenos días le daba énfasis de pecado. Me permite hablar de la Fe, asunto delicado aparentemente pero que en realidad es de carácter cotidiano.

Es cierto que planteamos Fe desde aspectos de religiosidad porque se asume en tópicos de virtud, de valor positivo y ahora que nos visitó Bergoglio nuestro PAPA latino, aunque los argentinos, dicho por ellos mismos no se reconozcan como tal, es decir latinoamericanos en su tercer, cuarto momento geográfico de este planeta, sino europeos desembarcados de vapores trasatlánticos, que traían, no de paseo a la mayoría de los del viejo continente, sino por razones mas mundanas, en un estado completo de Fe, porque hay que tener un porcentaje de Fe elevado para cruzar el mar a tierras desconocidas y creer que nunca te has ido de tu tierra. Pero bueno, no es asunto papal, ya que, como también dijo otra amiga argentina, ya el PAPA no es su paisano, puesto que pierden la nacionalidad una vez que se hacen del país del vaticano, supongo que se hacen vaticanenses.

La etimología de la palabra Fe es muy interesante, viene del latin Fides que no es mas que lealtad y posee una extensa familia léxica que nos ha dejado una cotidianidad en la que ni siquiera vinculamos la Fe, cuando está mas que presente. Tres palabras he escogido el día de hoy que me fascinan y que son parientes cercanos, abrazables de la palabra Fe y que vienen a sustanciar estos días de aferrados a la esperanza que no es Fe, puesto que la esperanza tiene la certeza de que para obtener se necesita accionar, la Fe no ocupa la acción, a pesar de los pesares, de los imposibles, se tiene Fe en que eso, aquello, se hará o no sucederá.

Si nos damos cuenta la fe y la esperanza son aspectos de un mismo rostro que puede denotar un ser cultural. Un pueblo que se muestre comunicado con la Fe será un pueblo que practique poco la esperanza, es decir, la no acción ampara el milagro, y un pueblo que practique la esperanza mas que la fe hará que la acción cumpla con lo que se necesita. Por eso es que palabras derivadas de Fe en su síntoma etimológico comunican: Confidere, perfidus y fidare. Confidere entiéndase confiar, o sea, poner Fe globalmente en algo o alguien (¿han escuchado algo mas irracional, con estos tiempos que estamos viviendo?), perfidus nos enlaza con perfidia que no es mas que un quebrantamiento a la lealtad, es el síntoma mas macabro de la traición y que les digo de fidare, tan común en estos días, fidare es fiar, vaya, vender algo sin que te lo paguen, teniendo fe en que la otra persona va a pagar después. Hay quien tiene esperanza en pagar al banco su casa, pagar la licuadora, la mensualidad del coche, la escuela de sus hijos, la luz, el gas, el agua etc. En estos canónicos días de casi 20 pesos un dólar, que todavía alguien diga tener Fe en que eso baje, que todo será mejor, es como arrebatar el aliento a un enfermo terminal, el cual ha perdido toda esperanza.  Y por último, les comento, que para los cubanos la Fe es lo mas concretamente esperanzador desde 1959, puesto que son las siglas maravillosas de FAMILIARES EN EL EXTRANJERO, solo ellos podrán sacarte de todos los aterradores momentos selváticos de las necesidades primarias del ser humano y convertir la mesa en un milagro lleno de vinos, panes y peces.


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