¡QUÉ POCA … ESTÉTICA!
PROGRAMA DE RADIO
MAYTE ACOSTA
La audiencia, que es prácticamente el 90 % de la población michoacana debe saber que el fin de semana pasado estuve por tierras aztecas, tramitando y disfrutando de los placeres diversos y mortales al alma que posee la Ciudad de México. Mi amigo Edgar Castañeda quien ha sido cómplice de mis angustias y desvaríos y que decidió hace años partir al monstruo, y parafraseando a José Martí: aunque al monstruo le conozca las entrañas. Mi amigo en cuestión además de sus labores anti arte en AT&T decidió unirse al programa de voluntariado que algunos museos de la ciudad de México poseen, en el que personas con el perfil adecuado pueden dar un servicio a la comunidad como guías didácticos de las exposiciones.
He de confesar que nunca me han gustado los guías, me gusta conocer solita, no contaminarme de lo que dicen otros, y porque además he tenido experiencias desastrosas con muchos de ellos cuando se llenan la boca de información falaz y pretensiosa. Reconozco ahora en la labor del munal, museo maravilloso en donde mi amigo presta sus servicios, reconozco que no permitan la presencia de guías espontáneos sino que estos deben presentar un curriculum perfilado hacia el universo del arte y mostrar que pueden hacer con un público, que se supone no tiene la menor idea de lo que observa, y cuando digo esto, no me refiero a que no sea suficiente el acto de observar, pero un departamento esencial dentro de un museo siempre será el departamento educativo, es labor primordial de un museo desde su existencia institucional educar en una complentariedad no binómica, no creo en eso, esas ideas de casa-escuela, museo-escuela. El saber va mas allá de un binomio, es una conga de carnaval.
Mientras mi amigo daba la visita guiada, en la que previamente y a su deseo había escogido cuadros, al menos uno por sala para explicar los conceptos curatoriales de cada segmento, difícil tarea explicar una exposición como Los Modernos, repito, mientras el dinámicamente explicaba a leger, braque, diego rivera, esta cubana tortuosa miraba los rostros de los espectadores que no mostraban ningún síntoma de aprecio o desprecio, de saber o ignorancia, de angustia o placer, de dolor o sanidad, y pensé que había algo que la estética no había tomado en cuenta. Cuando la estética refiere a las emociones habla de una afectación tanto de tipo positiva como negativa, da igual, la cosa es que haya una afectación. La neta no se si mi amigo tiene el poder de hipnotizar, no hace brujería ni nada de esas cosas, que yo sepa, no sé si echa algún producto tontisónico, aquellas personas no mostraban absolutamente ninguna sensación, de repente un señor se movía con cierta rareza, como estimando ángulos de mirada, de esos que necesitan ver la obra desde las esquinas, los abajos, los frentes, y no se meten detrás porque sería indecente y peligroso. Caminamos hacia un diego rivera, una de sus obras mas famosas “paisaje zapatista” que además tiene dos caras, singularidad que no tiene nada que ver con una innovación en el arte, entiéndase que Rivera pintó por los dos lados del lienzo obras tontalmente diferentes, en realidad tiene que ver con el hambre que estaba pasando en Europa, de pronto, el señor inquieto que refería levanta la mano con desesperación y yo entré en pánico porque aquellos rostros inmutables cobraban vida, mi amigo le cede la palabra y dice estentóreamente: ¿este cuadro es un palimpsesto verdad? Fíjense bien en la pregunta y en el momento, porque obviamente ya lo imaginan. La palabra dominguera Palimpsesto, porque además era domingo, aparentemente tiene una razón de ser en este contexto, el señor ha leído que significa un texto sobre otro texto, el texto anterior ha sido borrado, se ha pintado sobre lo pintado. Mi amigo Edgar en una sufrida crisis de guía, solo dijo NO, yo solo, en voz bajita, que a veces tengo, he susurrado, no es un palimpsesto, es una demostración del hambre estética que no es lo mismo que esto que la estética no ha considerado, una especie de nueva terminología que he querido llamar vulgarmente, pero que el radio no me permite, ni mi salud mental, me refiero a que tengo conciencia, he querido llamar a esto, a este sinsabor de sensaciones: el atontamiento estético, sinónimos de atontamiento a nivel mexicano se los dejo de tarea. Lo importante es que, en medio de todo eso, recibí un empujón a modo de palimpsesto por parte de una señora que al escuchar a mi amigo decir: ¡aquí estamos frente a un Picasso!. La señora en cuestión salió como demonio de las tripas del público y arrasó con mi presencia para ponerse delante, yo supongo que debe haber dicho: ¡Si es Picasso, yo pierdo la cordura!, y yo digo que vaya que esto es un “apocamiento estético” ¡que poca, no!.
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MAYTE ACOSTA
La audiencia, que es prácticamente el 90 % de la población michoacana debe saber que el fin de semana pasado estuve por tierras aztecas, tramitando y disfrutando de los placeres diversos y mortales al alma que posee la Ciudad de México. Mi amigo Edgar Castañeda quien ha sido cómplice de mis angustias y desvaríos y que decidió hace años partir al monstruo, y parafraseando a José Martí: aunque al monstruo le conozca las entrañas. Mi amigo en cuestión además de sus labores anti arte en AT&T decidió unirse al programa de voluntariado que algunos museos de la ciudad de México poseen, en el que personas con el perfil adecuado pueden dar un servicio a la comunidad como guías didácticos de las exposiciones.
He de confesar que nunca me han gustado los guías, me gusta conocer solita, no contaminarme de lo que dicen otros, y porque además he tenido experiencias desastrosas con muchos de ellos cuando se llenan la boca de información falaz y pretensiosa. Reconozco ahora en la labor del munal, museo maravilloso en donde mi amigo presta sus servicios, reconozco que no permitan la presencia de guías espontáneos sino que estos deben presentar un curriculum perfilado hacia el universo del arte y mostrar que pueden hacer con un público, que se supone no tiene la menor idea de lo que observa, y cuando digo esto, no me refiero a que no sea suficiente el acto de observar, pero un departamento esencial dentro de un museo siempre será el departamento educativo, es labor primordial de un museo desde su existencia institucional educar en una complentariedad no binómica, no creo en eso, esas ideas de casa-escuela, museo-escuela. El saber va mas allá de un binomio, es una conga de carnaval.
Mientras mi amigo daba la visita guiada, en la que previamente y a su deseo había escogido cuadros, al menos uno por sala para explicar los conceptos curatoriales de cada segmento, difícil tarea explicar una exposición como Los Modernos, repito, mientras el dinámicamente explicaba a leger, braque, diego rivera, esta cubana tortuosa miraba los rostros de los espectadores que no mostraban ningún síntoma de aprecio o desprecio, de saber o ignorancia, de angustia o placer, de dolor o sanidad, y pensé que había algo que la estética no había tomado en cuenta. Cuando la estética refiere a las emociones habla de una afectación tanto de tipo positiva como negativa, da igual, la cosa es que haya una afectación. La neta no se si mi amigo tiene el poder de hipnotizar, no hace brujería ni nada de esas cosas, que yo sepa, no sé si echa algún producto tontisónico, aquellas personas no mostraban absolutamente ninguna sensación, de repente un señor se movía con cierta rareza, como estimando ángulos de mirada, de esos que necesitan ver la obra desde las esquinas, los abajos, los frentes, y no se meten detrás porque sería indecente y peligroso. Caminamos hacia un diego rivera, una de sus obras mas famosas “paisaje zapatista” que además tiene dos caras, singularidad que no tiene nada que ver con una innovación en el arte, entiéndase que Rivera pintó por los dos lados del lienzo obras tontalmente diferentes, en realidad tiene que ver con el hambre que estaba pasando en Europa, de pronto, el señor inquieto que refería levanta la mano con desesperación y yo entré en pánico porque aquellos rostros inmutables cobraban vida, mi amigo le cede la palabra y dice estentóreamente: ¿este cuadro es un palimpsesto verdad? Fíjense bien en la pregunta y en el momento, porque obviamente ya lo imaginan. La palabra dominguera Palimpsesto, porque además era domingo, aparentemente tiene una razón de ser en este contexto, el señor ha leído que significa un texto sobre otro texto, el texto anterior ha sido borrado, se ha pintado sobre lo pintado. Mi amigo Edgar en una sufrida crisis de guía, solo dijo NO, yo solo, en voz bajita, que a veces tengo, he susurrado, no es un palimpsesto, es una demostración del hambre estética que no es lo mismo que esto que la estética no ha considerado, una especie de nueva terminología que he querido llamar vulgarmente, pero que el radio no me permite, ni mi salud mental, me refiero a que tengo conciencia, he querido llamar a esto, a este sinsabor de sensaciones: el atontamiento estético, sinónimos de atontamiento a nivel mexicano se los dejo de tarea. Lo importante es que, en medio de todo eso, recibí un empujón a modo de palimpsesto por parte de una señora que al escuchar a mi amigo decir: ¡aquí estamos frente a un Picasso!. La señora en cuestión salió como demonio de las tripas del público y arrasó con mi presencia para ponerse delante, yo supongo que debe haber dicho: ¡Si es Picasso, yo pierdo la cordura!, y yo digo que vaya que esto es un “apocamiento estético” ¡que poca, no!.
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