UN RAPIDITO CALLEJERO
PROGRAMA DE RADIO
MAYTE ACOSTA

Los alemanes no solo han sido culpables de haberse sentido superiores, que conste que no solo su sentido de raza superior ha sido frente a la judía puesto que se infiere que lo ario es en sí mismo una jerarquía inalcanzable. Lo es porque en el siglo XIX se suponían muchas cosas que arrancaban de la idea de lo supuestamente evolutivo darwiniano, por ello la particular manera de mirar al otro es civilizado o no civilizado, es decir, avanzado o no, salvaje o no salvaje, burro o inteligente. De ahí que unos etnólogos en el siglo decimonónico hayan especulado de que existió una civilización prehistórica reconocida como aria que poseía la pureza racial o lo que es lo mismo lo homogéneo en todos los sentidos. Digamos entonces que todos los pueblos que descienden de los indoeuropeos (que también puede ser sinónimo de indogermánico) alcanzan la categoría de lo ario, lo puro, lo no mezclado vaya. Sabemos entonces que estamos frente a una postura seudocientífica que justificó los actos de Adolf Hitler para fundamentos de la supremacía blanca y todo lo que eso ha significado históricamente.

Inmediatamente nos descartamos los americanos de esto, nuestra conformación genética nos aleja de la pureza aunque nos vivamos comiendo la comida inventada por los que no tienen sangre contaminada. Leía que en junio se celebra como efeméride importante el nacimiento de la comida rápida, no fue el término exacto, pero lo relaciono así, para que nos vayamos entendiendo. La comida rápida la inventaron los germanos, específicamente una alemana, una señora regordeta y muy simpática que tenia un puesto en la calle, lo que hizo fue sencillo, cocía o asaba una salchicha en la parrilla, tomó salsa de tomate le agregó curry, tomo un plato de cartón, puso la supersalchicha la embadurnó de la salsa, le puso unas papas fritas, dicen que a veces unos panecillos y le agregó un tenedor, la gente no tenia que quedarse ahí, seguía su camino sin problemas, lo mas fácil que hay en la vida es comerse una salchicha con papas, es rápido, sabroso y seguro. Es mas fácil que una hamburguesa que se remoja sin piedad entre dos panes, la salchicha en cambio puede quedarse en tu boca mientras haces algo mas, no corre el riesgo de caerse, hablo de salchichas bien hechas, no las de 10 por 10 pesos.

Hemos discutido sobre las impropiedades e improperios de la comida rápida. Hemos discutido sobre los terribles procesos de aculturación en los que estamos ingresando dentro de la cultura mexicana. Halloween por noche de muertos o esta macabra existencia de maestros que ponen calabacitas en lo altares, que disfrazan a los niños de kínder de vampiros y asesinos en serie para arrebatarle las tradiciones a un país de una cultura insuperable como la mexicana. De hecho hemos establecido modas, modismos y maneras de comportamientos que no nos son ni propios ni afines. Hemos sido cauterizados contra el mal de lo salvaje y hemos dejado de comer picoso para comer chiloso. Creemos imponernos a la gastronomía mundial con nuestros ocurrentes aportes, a la hamburguesa le hemos puesto su chile en vinagre, su piña cual taco al pastor aplastado, hemos creado pizzas con frijoles, a los hot dogs le dimos nuestro toque con cebollita y jitomatito, bien picado cual pico de gallo y entonces creemos haber desculturado un poquito a la infamia culinaria.

No es que uno no pueda comer salchicha. El tema de la salchicha parece ser lo de menos. Pero la salchicha es lo menos puro que hay en la vida, viniendo de los alemanes pues me sacude un poco mi origen indoreumático. Es un producto hecho de los residuos del animal del que la salchicha provenga, es lo mas sincrético, es digamos un producto inflamado de lo sobrante, algo así como no ario, no limpio, es heterogéneo, pero esa es la salchicha que nos toca a los impuros. Claro, hay quien dice, ya saben que hay de todo en el reino animal que las salchichas alemanas son hechas de pura carne, y si, son tan perfectos que muelen la carne, la condimentan y la convierten en embutido, porque ellos no comerían cualquier cosa como nosotros, además la acompañan con cerveza. Nuestro hot dog, y digo nuestro porque ahora quien nos quita de la cabeza que no lo es, nuestro flaco, desnutrido hot dog se acompaña con el refresco, mientras mas negro mejor, con una salsa muy alejada de lo curry, con mas vinagre y químicos que otra cosa. Pero me cae que para no ser perfecta, nuestra extraordinaria manera de aceptar lo ajeno permite demostrarle a arios, arias, arianos, ariaticos o quien sea que nadie superará el arte de cómo de la agarrada del taco hemos aportado la agarrada de la salchicha, aclaro, entre dos panes repletos de salsa, verduras, chiles y lo que se nos ocurra, sin chorrear ni una gota en un dedo, aunque eso parezca muy civilizado y casi puro.


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