¡WELCOME BOBOS!
PROGRAMA DE RADIO
MAYTE ACOSTA

Lo despectivo es parte de la historia de la humanidad por razones diferentes pero siempre con el mismo sentido. La razón número uno siempre será un aspecto de superioridad ante otro que se considera inferior, también, desde un aspecto sociológico, aquel que parte de lo despótico parte de sí mismo inferiormente para arremeter contra lo débil, o lo considerado endeble. Es una actitud que en ciertos momentos y de forma inconsciente usamos como sinónimo de nuestra cotidianidad, nuestro hacer y ser cultural. Un ejemplo de ello es el que se ha hecho una especie de condición natural mundial el hecho de que en los países se coloque a algunos lugareños como los bobos del territorio nacional. No tengo la menor idea, y conste que deben haber estudios al respecto de porque sucede esto. Comprendo el uso de gentilicios xenofóbicos y coloquiales dado lo anterior, es decir, determinado por cuestiones de aparente superioridad. También es importante señalar que muchas veces la condición de un gentilicio así, de una denominación a un señalado origen tiene en su haber cuestiones históricas lamentables, donde el odio o la estupidez reinan por encima de la razón.

Lo anterior hay modo de demostrarlo, aunque, es sabido y sabroso el hecho de que parte de esa clasificación humana despótica forma parte de la creatividad de los pueblos, de un lenguaje y un conocimiento popular. La cosa es que la cosa no puede siempre ser tomada a la ligera, sino que hay que saber contextualizar. Sabemos perfectamente, aunque no lo sepamos a ciencia cierta, que los gallegos son relacionados con el concepto de tontos, en México los de puebla son llamados PIPOPE, aunque por ahí leí que también los de Campeche, en Cuba los del occidente, los de la cola de la isla, los vuelta bajeros dicen, los de Pinar del Rio, los pobres pinareños, no solo son los bobos, son tan bobos que se ha convertido en sinónimo. Decir pinareño en la mayor de las Antillas es lo mismo que decir: tonto, mongo, sonso etc.

Los cuentos, los chistes, las anécdotas han proliferado por siglos, no han parado, curioso caso. Todos ellos han tenido la oportunidad de reivindicarse, lo peor es que lo han hecho, lo han logrado, mas que por voluntad, porque no tenían que demostrar nada, sencillamente no se trata de una situación de bajo coeficiente intelectual, sino que en la mayoría de los casos pasa por extremas ingenuidades que alguna vez en el tiempo se volvieron recurrentes o significativas, o su modo de pensar distinto. Mi madre, que no es pinareña, ni con orígenes gallegos, es matancera y con genes mas canarios, suele pensar de un modo diferente las cosas, ese modo que parece ignorancia, es mas bien un estado ingenuo o distinto, no lo sé, pero es la manera en la que generalmente consideramos que se comportan estos colectivos geográficos. Si mi madre por ejemplo coloca mi ropa interior en los cajones de mi hijo, sencillamente por despiste y mi hijo le comenta que qué hace eso en sus cosas, todos pensaríamos que mi madre o que cualquier persona debería contestar cierta y determinada cuestión que se relaciona con sentido común, lógica o lo que sea, mi madre contesta cosas como: ay papi, no te los vayas a poner. Es lo mas parecido a la respuesta que pudiera dar un pinareño o un gallego según el universo popular.

Los pinareños son famosos también desde anécdotas, que algunos dicen que son verídicas, otras parten de la fantasía, o la mezcla de ambas han sido segmento de las leyendas en fiestas, reuniones, memes, etc. Leyendas del mundo oral que demuestran lo despectivo pero también el ingenio de unos y otros. Dicen que construían un cine en una ciudad de Pinar del Rio y que mandaron poner un pared sin que se dieran cuenta que detrás de la pared se encontraba la concretera, así que hubo que destruir parte de la construcción para sacar la maquina. Dicen que en una visita de la Sinfónica Nacional de Cuba a la capital de Pinar del Rio, los pinareños mandaron hacer una enorme manta que decía lo siguiente: A BAILAR Y A GOZAR CON LA SINFONICA NACIONAL. Esta visión del pinareño se remonta al siglo XVIII, Pinar del Rio se le ha considerado la Cenicienta de Cuba, y en ese siglo emigraron canarios, húngaros, gallegos, y junto a ellos todo un historial de cuentos que ya venían cargando históricamente, para que poco a poco, pasasen a formar parte de una cuestión idiosincrática.

Con respecto a los gallegos, es una historia que no se fundamenta en América sino que son vistos así desde la península. Leía un interesante articulo de un gallego, donde refiere que, y quiero citarlo textualmente para afianzar la reflexión del día de hoy: La Real Academia Española nos insultó años y años. En su diccionario, "tonto" sigue siendo sinónimo de "gallego". Aunque parece que va a dejar de serlo. Algún académico de Costa Rica así lo quiso y la RAE lo admitió, aunque "gallego" seguirá siendo "tartamudo" porque algún académico de El Salvador así lo quiso y la Academia lo da por bueno. Y uno piensa, ¿de modo que la RAE acepta lo que dicen sobre los gallegos esos académicos centroamericanos antes que lo que dicen los propios gallegos? Porque nadie ha preguntado a los gallegos si se consideran "tontos" ni hay constatación científica de que abunde tanto la tartamudez entre la población. Tampoco le han preguntado a representantes cualificados en asunto de sinónimos y palabras en general, escritores, profesores, académicos. ¿O lo hicieron? Es posible, puede incluso que hayan contestado: "La verdad es que sí, somos tontos y tartamudeamos bastante". Es una posibilidad. Aunque parece más probable que no lo hayan hecho, pues no les merecemos ni esa consideración, la de que existamos.

Y continua sarcástico:

El caso de los gallegos es aparte. Para ellos se mantienen acepciones que ofenderían a otros. Por ello la RAE no acepta términos ofensivos para madrileños, andaluces, valencianos, aragoneses, catalanes, vascos, cántabros, asturianos... No es que no tengan defectos, alguno tendrán, es que les ofendería. A mí se me ocurren acepciones peyorativas para repartir también basadas en estereotipos, "chulos", "haraganes", "ignorantes", "tacaños", "macarras", "groseros"... Incluso se me ocurre que hay gente que merece el calificativo de "xenófobos" o "fascistas", pero nadie me tomaría en serio, pues soy gallego y, por tanto, "tonto". Incluso reconozco que hay cosas que me enfadan tanto que en ocasiones tartamudeo.

Y para cerrar con un chiste, no mas por ser incisiva.

Cuando España derrotó a Alemania en la semifinal del Mundial de Fútbol celebrado en Sudáfrica, alguien circuló un correo electrónico que decía: “Los canales de televisión españoles quieren retransmitir el juego contra Alemania esta noche, pero los gallegos no están de acuerdo porque dicen que no va a ser fácil ganarle a Alemania dos veces seguidas”. En el correr del mensaje, alguien que es lógico suponer cubano agregó al final: “Los pinareños creen que sí se puede”.

Esto es un homenaje, aunque no parezca a grandes escritores gallegos como: Camilo José Cela y Rosalía de Castro, a enormes músicos pinareños como: Pedro Junco y Enrique Jorrín.




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