¿Y LA DE ORO ES DE ORO?
PROGRAMA DE RADIO
MAYTE ACOSTA

Parte de la cultura de los pueblos es el deporte y mira que no he encontrado el hilo negro pero si la cuerda floja. El deporte surgió como determinación de acciones estéticas. Un deportista era el ideal de la categoría estética de la belleza. Y esto aunque lo sabe todo el mundo o casi todos es un hecho que cuando se piensa en presupuestos gubernamentales o en los planes de gobierno el deporte no sale beneficiado. México, y no lo digo yo, ha volcado en el deporte una ínfima cantidad que se refleja desde los planes educativos, la educación física es vista como un entretenimiento y no como parte de una educación integral, de ahí que devenga también que los profesores de esta materia sean catalogados como maestros inferiores. Entre las muchas consecuencias que eso trae, es la falta de cultura deportiva, que va mas allá de un meme que leí en Facebook, indicando que cuando llegaron los deportistas mexicanos a Rio dijeron algo así como: ¡ohhh, no sabía que existían tantos deportes, yo pensé que solo existía el futbol!.

Los mexicanos tienen la virtud de reírse de su propia desgracia, es cierto que es una actitud bastante latina, porque con recurrencia escuchas lo mismo en otras nacionalidades, pero cuando esto lo han referido al deporte quedan algunas dudas, lo digo por lo siguiente, entender los triunfos en el área deportiva, que además se reflejan fundamentalmente en las olimpiadas cada cuatro años, tienen varias razones: la fundamental es el talento, eso es obvio, la otra es el apoyo económico, la otra es la preparación y la ultima es la visión. Sin esas cuatro prioritarias cuestiones el desarrollo deportivo de un pueblo será azaroso y todos sufriremos constantemente por los fracasos y elevaremos al cubo los triunfos. Porque cuando un pueblo está acostumbrado a perder se asombra de ganar y al revés, cuando un pueblo está acostumbrado a ganar se asombrará de perder.

El talento que todos los pueblos poseen, se basan, en la detección temprana de el, los deportistas en México deciden serlo y luchan por ello, y aunque esto es encomiable, no debe perderse de vista que no debería ser un asunto solamente del que deportista decide ser, no es lógico que un comentarista refiera, que hay que aplaudir a un deportista mexicano porque además de realizar su actividad deportiva tenga que estudiar y trabajar, si, es cierto, es aplaudible, pero no es lo que debería, y no puede ser parte de la cultura deportiva.

El deporte es un hobbie siempre y cuando no pertenezca al deporte de alto rendimiento, el que se dedica a esta actividad hace de ello una profesión, por la cual tiene derecho a recibir una recompensa económica que le permita dedicarse por completo a ello. La falta de escuelas de deportes desde los primeros momentos de los procesos educativos, hacen de esta carrera una tarea de héroes que rescatan de las cenizas cuestiones tan determinantes como la identidad, por la cual deben batallar y colocar a la sociedad nuevamente en su centro, de ahí que se llore cuando se eleva la bandera, se escucha el himno nacional o se menciona el metal de la medalla.

Lo contrario también es un problema, las declaraciones del levantador de pesas de Corea del Norte al no quedarse con la de oro, refiriendo estos aspectos nacionalistas son aberrantes, saber que los deportistas coreanos de esta región geográfica son castigados por no alcanzar una de oro, castigos tan severos como ir a la agricultura, nos ponen la discusión sobre la mesa de que el deporte en algunos sitios se coloca en dos extremos. México lo abandona, Corea del Norte lo convierte en un discurso de fracaso político y represión a sus deportistas.

Por otro lado esta el caso de Cuba, un país que siempre estuvo en los primeros 10 del medallero, y por tanto se catequizó durante muchos años en la cabeza sobresaliente del deporte en América Latina, podemos ver que las crisis económicas traen como consecuencia que a lo primero que se abandona es al deporte y  la cultura, Cuba obtuvo 11 medallas de 40 o 50 que acostumbraba a tener, de un quinto lugar se ha puesto en un 18 avo, de ahí que la segunda parte de la historia que es el apoyo económico disuelva el talento, la educación y la actitud, lo cual nos dice, que si un país destruye una metodología sustancial dentro de actividades que refuerzan el discurso identitario de una sociedad, como lo ha sido el deporte y la cultura, tendrá frente a sí el asombro indescriptible de la pérdida y la nostalgia de lo ganado.

Ojala se entienda esto algún día, porque un país solo se podrá entender a sí mismo en sus mismos, en sus manifestaciones estéticas, en su saber colectivo aunque esto acuse a la globalización reflejada en uno de los asuntos mas discutibles: la migración por asuntos económicos, porque Cuba, por ejemplo, perdió de vista que no todo puede ser amor a la patria, de ahí que un cubano se haya hecho azerbaiyano y se haya quedado con un plata en boxeo para ese país, que ya es su país, otro le haya dado en atletismo una de plata a España, un pesista cubano se ha puesto la camiseta de México, otro la de Estados Unidos. Finalmente tendríamos mucho que conversar y si hubo un rubro de deportistas que representaron la idea de los refugiados, el deporte entonces se convierte en un derecho universal y no en un maquillaje de nacionalismos, nacionalismo que de forma cotidiana nadie entiende.




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