Meta Exposición o paradigmas del Museo Nómada
Maria Teresa Acosta Carmenate
La tradición de museos en México nace en el siglo XVIII a partir del interés de la Real y Pontificia Universidad de México de coleccionar documentos históricos y piezas arqueológicas, allí se alojaron las esculturas de la Coatlicue y La Piedra del Sol; aunque esta historia es reciente, México es considerado un país de museos. No le alcanzan las razones para guardar, coleccionar y mostrar todo lo que por ahí es parte del patrimonio de la memoria o de la memoria que se debe rescatar o se sospecha que pueda ser memoria. Los museos no se terminan por varios factores, no se piense que es una institución enquistada solamente en el ámbito del poder. Su permanencia resume aspectos históricos que han atravesado desde la búsqueda del dominio sobre el otro, el conocimiento, la identidad hasta la utopía de que el ser humano se resista a olvidarse de los anclajes de sí mismo.
La Meta Exposición es un proyecto que deambula por el territorio mexicano según se le convide por parte de los Estados. Comenzó su itinerancia en Michoacán y en estos momentos se encuentra en el Estado de México dentro de las instalaciones del Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec, su estancia en cada sitio siempre será de un año. Es un esfuerzo singular y novedoso dentro del programa de Acción Cultural de lo que fue CONACULTA. Es una propuesta, que a nivel internacional se conoce como la ruptura con la propia idea con la que se ha concebido históricamente un museo. Se adapta a los nuevos tiempos que conllevan los avances tecnológicos, en combinación armoniosa con los contenidos del Arte y la Cultura.
El espacio es concecibo en cuatro salas. La sala uno de nombre Treñe (jugar en Mazahua) es interactiva, en ella existen aparatos con tecnología de punta donde se conecta el tocar, jugar y aprender. Los contenidos se trasladan en conceptos curatoriales que van desde el reconocimiento de la arquitectura en orden cronológico, los tesoros naturales de la zona, las aportaciones artísticas y todo aquello que fundamente las tradiciones y el rescate de la cultura y valores de identidad. La sala dos es de juegos mecánicos, allí el encuentro lúdico es directo con juegos tradicionales mexicanos como: lotería, serpientes y escaleras, memorama, teatro de sombras, tripas de gato y rompecabezas. Cada uno de estos juegos contienen preguntas, símbolos, conceptos e ideas que se relacionan con el Estado de México. La sala tres es llamada de inmersión, en ella se encuentra una pantalla en 180 ° que permite la proyección de cortometrajes sobre temas relacionados con la actualidad, la autoestima como uno de los conceptos más significativos o sencillamente una búsqueda de un sentido de reconocimiento nacionalista, localista e identitario. La sala cuatro se concibe como de donación al gobierno del Estado donde se instale el museo. En este momento hace uso de ella el Museo de Historia Natural del Municipio de Ecatepec y ha colocado una exposición sobre la historia de la propia entidad, incluyendo descubrimientos recientes, como la presencia de la réplica de un Mamut, encontrado en San Cristobal en 1995.
Las cuatro salas están en una relación dialéctica, cada información recibida en una será conectada en otra, no importa el orden en el que esto se realice, lo cual permite comprender su estructura intelectual, que se concibe totalmente eficaz, para lograr lo que un museo de estas características pretende y que es la armonía social. Al poder realizar conexiones de forma dinámica y didáctica; permite acceder a cualquier esfera de la sociedad.
El fenómeno en México, detona la idea global de llevar el museo hacia donde este se aleja, no solo geográficamente sino intelectualmente. El arte y la cultura como determinadores del desarrollo de la humanidad es en este proyecto, de carácter nómada, el motivo para la armonización social. El conocer sobre estos tópicos mencionados, en relación con el Estado en el que el museo se estaciona es engranaje de la conexión museo-contenido-significación. Se comprende además el comportamiento de la sociedad contemporánea que se cuela por todos los rincones posibles de la tecnología, puesto que hasta en los sitios más marginales del país se conoce y se maneja al menos un celular. A lo anterior le apuesta el Museo Meta Exposición, sabiendo que no es infalible el hecho de que sus visitantes jamás hayan usado un sistema touch, conozcan el universo interactivo e incluso sepan leer.
Ante la adversidad con la que México sostiene muchas veces los hilos sociales, el museo y sus coordinadores toman a universitarios de la región en la que se encuentre, los capacita para atender el público y comportarse como asesores o mediadores educativos, haciendo con ello una doble labor, muchos de estos estudiantes no son de humanidades, en ese sentido, el aporte que desde la dirección se ha posibilitado, es la de involucrar a actores sociales que rompan con el paradigma de que el arte y la cultura solo es para unos cuantos. Del mismo modo también se les apoya junto con la institución mater en la liberación de su servicio social, se les da una beca que aliente su primera inclusión laboral en sus vidas y al término de su servicio se les entrega una carta que les abonará al currículo posteriormente ya profesionalizado, labores estas últimas que les corresponden a la institución con la que se ha firmado los convenios.
La Meta Expo parece el lugar museístico ideal para combatir con la ignorancia, con la falta de valores y sobre todo con el estereotipo aburrido del museo. Todo lo expuesto parece decir que la defensa del proyecto es ineludible, sin embargo, los problemas a los que se enfrentan planes de esta naturaleza es la falacia gubernamental en la que se sostienen las acciones de tipo política. Algunos de los conflictos enfrentados en Michoacán vacilaron en la falta de apoyo en diferentes aspectos que ameritaban, desde la colocación de toldos para el resguardo del sol y la lluvia, botes de basura, baños, vigilancia, etc.,. El museo cuenta con una sala de donación como ya se ha expresado, los problemas en Michoacán con respecto a esto fueron graves, por un lado la colocación arbitraria de exposiciones desfasadas de la temática original del museo, por ejemplo: una exposición de pintura abstracta en un museo generalmente dirigido a niños, lo cual ante la compañía de tres salas más; convertía a esta sala en una especie de aliens. Las exposiciones en este espacio donado solo tuvieron vida seis meses, el resto del año se mantuvo cerrada al público, lo que nos lleva a pensar, que no es un problema de falta de lugares para exponer el acervo que reafirme los conceptos de armonía en los que el museo funciona, es un inconveniente de los que dirigen la cultura.
Las dificultades en el Estado de México son aún más caóticas. El museo recibe diariamente altos porcentajes de público, ante el conocimiento de que nos encontramos en el municipio de mayor población del Estado se justifica su alta afluencia, aclarando con esto que no está motivada por una estrategia efectiva de promoción y difusión, sino por la labor que realiza el Ayuntamiento y la Secretaria de Educación Pública, ambas instituciones agendan visitas, generalmente de martes a viernes y ponen los autobuses para el traslado de los visitantes. Esto, aunque parece efectivo, tiene un origen desolador, ya que las visitas no son del conocimiento de la dirección del museo y ocurren de forma arbitraria y descontrolada. Aunque parezca absurdo, no lo es para las características de la Meta Expo, ya que su funcionamiento se estructura en la atención personalizada, donde aproximadamente se deberían atender a cuarenta por sala. Aunque en repetidas reuniones se expresó esto, el gobierno hizo caso omiso, y ha traído como consecuencia, que se tenga que trabajar el museo como si este fuese uno tradicional, su objetivo entonces ha perdido el sentido social.
Entre muchas cosas más, la falta de una gestión pertinente para el museo en el Estado de México ha provocado que no exista presupuesto y es nula la supervisión técnica y por ende el mantenimiento. La sala tres se encuentra cerrada hace más de tres meses, entre muchos desperfectos más. La Secretaria de Cultura del Estado no toma cartas en el asunto y las respuestas son ambiguas. ¿Con que suerte correrá la Meta Exposición? Seguramente será consumida por algún otro Estado, que la recibirá con arreglos superficiales y promesas etéreas o el propio Ayuntamiento de Ecatepec hará del mismo otra estrategia política, donde no será convocada la presencia de quienes han estado dirigiendo y amando este proyecto; porque las funciones de los que tienen como base los estudios en arte y cultura es la fundamentación de una labor social, y eso se divorcia de todo manejo oscuro y mortífero con el que la cultura se toma en todo proyecto de vida electoral, personal y colectivo de los individuos que conforman gobiernos presentes y futuros en este México de imaginarios oblicuos.

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