LA DANZA: UN VIAJE A TRAVÉS DEL TIEMPO
INTRODUCCIÓN
Hablar
de danza es un destino interminable de posibilidades que nos agrupa en dos
sentidos la memoria, la que nos evoca el entendimiento del mundo y la que nos
hace consciente de él. Cierto es que danzar es el arte del movimiento en un
sentido simbólico y que por ello estamos frente a la primera manifestación
artística de la humanidad.
La
encontraremos manifestada en todas las culturas, algunas simples pero
profundas, otras complejizadas. En la actualidad muchos pueblos continúan con
sus manifestaciones danzarías que se han convertido en parte de la historia de
sus tradiciones, que por supuesto los hace únicos y con un sello de
identificación en el mundo. La danza también es un proceso selectivo
individual, porque al convertirse con el paso del tiempo en parte de algo
sistematizado, los bailarines han tenido la opción de convertirse en
profesionales, profesionales que van desde los movimientos canonizados a los
improvisados.
Muchos
bailarines han resuelto, a pesar de estudios previos, dedicarse a muchas
manifestaciones de la danza, que incluso, puede incluir la popular. La danza
conlleva en sí misma, en el aquí y ahora, todas las posibilidades de otras
artes, como otras artes a la danza. Este
es un recorrido desde la prehistoria a la actualidad, no de manera intrínseca,
sino metafórica, que intenta vincular desde la primeras manifestaciones
danzarías reconocidas, las de las famosas civilizaciones del mundo, como parte
primera, autentica de lo que ahora comprendemos como la realidad danzaría
frente a nuestros ojos.
Pareciese
que todo es nuevo, cuando estamos frente a un performance, y lo es, lo es en
cuanto a los conceptos actuales de interacción con el mundo, a la realidad
individualizada, pero que parte de lo extásico prehistórico, de la
caracterización de los griegos y de la pantomima romana, muchas otras
características podemos encontrar, pero es tema de especialistas, esta
intención es usar el lenguaje de la literatura, el lenguaje poético, la
maravilla de las palabras, para explicar un proceso de la danza que nos abre el
telón relacionado con la danza que muchas veces la encontramos narrativa desde
tiempos ancestrales y una narración literaria.
Tengo
frio y el árbol que me cobija no es suficiente, así que camino junto al resto
de mis semejantes y buscamos refugio en una cueva, tiene una boca ancha y
cabemos todos, así que observamos el entorno que envuelve de vientos fuertes
nuestra curiosa mirada. Necesitamos comer, estamos débiles como esos pequeños
animalitos que pisamos al correr por la llanura y hemos decidido escoger a los
mejores cazadores para que comiencen la búsqueda de nuestra supervivencia, para
ello necesitamos un líder, un hombre anciano que ha descubierto que la tierra
eleva plantas que nos trasmiten tranquilidad y nos conducen a otra esfera desconocida
pero que parece nos acerca al limbo de algunas respuestas.
Bajo
el influjo de estas sustancias nos movemos con espontaneidad y comprendemos el
universo como un proceso cíclico. Algunos que han partido por alimento no
regresan, creo que han muerto, pero en mi vientre alguien vive, y sé que eso
pasa cuando el hombre que me mira hace de mí su preferida, entonces me posee,
en idílica esperanza de complacencia natural y me fecunda. Así entendemos que
vivimos y morimos en una necesidad inseparable de la misma naturaleza.
Nosotros
bailamos en círculo porque somos un colectivo que se necesita, cada quien sabe
lo que tiene que hacer, incluso los que dibujan en este hogar rocoso, que han
pasado largo tiempo observando este mundo que nos significa misterio. Es el
mito del que estamos hechos, no pretendemos el espectáculo, nosotros vemos que
el cosmos gira en ritmos esenciales y los imitamos y hay sonidos, unos que
anuncian la llegada de la lluvia y ese nos agrada, porque levantara las manos
de las plantas y fructificara esos árboles, que antes en un crudo invierno eran
blancos, como la cabellera del anciano que nos guía, y el viento mueve las
ramas y eso nos anuncia una temporada de gozos. Así que nos acercamos al espejo
de la naturaleza y comenzamos con movimientos dinámicos, extrovertidos y
extásicos; a hacer uso de nuestros sentimientos, de nuestra necesidad de crecer
como plantas porque elevamos nuestros brazos al cielo y pisamos fuertemente el suelo en nuestro instinto de
llamar a los espíritus que habitan en las profundidades de la tierra.
Necesitamos
danzar esto nos es inseparable de nuestra condición humana, nos hace sentir
parte de este mundo, es útil y no estético, además la misma inspiración que nos
denota vida nos obliga a realizarla, a todos y cada uno. Somos instintivos por eso
nos movemos desde lo espontáneo y sentimos libertad para hacerlo, porque nadie
reprime nuestro afán de improvisación. Que nos importa la simetría, o el sitio
donde bailamos, el orden es en base a nuestras necesidades, así que nuestros
movimientos son simbólicos y se cree fácil pero nos ha costado entender que
todo se va acabando poco a poco, así que bailar es un rito mágico que nos
vuelve la cara a lo religioso porque no podemos explicar el mundo de otra
manera. Somos participativos y al paso del tiempo nuestras danzas son
representativas, y de repente, ya
comenzamos a ser observados por otros y a usar instrumentos musicales, incluso
vestimentas, ¡juro que nos agrada!, como
también podemos tener rituales que narran nuestra propia vida que es además la
de la muerte, y la fertilidad, la caza y hasta la iniciación de jóvenes es todo
un motivo para movernos, para sentirnos unidos, porque somos parte de esta
tragedia humana que no puede evitar no tener explicación o poder controlar lo
inevitable.
La
danza es una necesidad vital, me gusta expresarme porque voy unida al ritmo,
ahora puedo seguir música y también ocupo instrumentos que tienen sonidos
especiales, como unos bastones que ha labrado mi hombre, he descubierto que
cuando aplaudo el sonido me hace girar y me anima a seguir bailando, pronto tengo
cadencia, mi cuerpo responde a través de mi voz, porque ya puedo cantar.
Si,
a veces me gusta ser otra, porque el día que decidí convertirme en africana mis
caderas, piernas y hombros se poseyeron de nuevos espíritus rítmicos, muchos,
poliritmicos les llaman y mi fuerza de improvisación ha llegado a sacudirme el
alma, aunque sigamos a veces coreografías, porque ahora como africana nuestra
visión de bailar tiene una relación simbólica con las fases de la tierra y la
vida.
Bailar
ahora para mí es un elemento de comunicación que enmarca lo social y lo
espiritual. Les confieso en todo lo que me he convertido, ahora soy bailarina,
maestra, historiadora, sacerdotisa, curandera y cuento historias que hablan de
nuestros antepasados, porque me he aprendido infinidades de leyendas, yo bailo
y represento la identidad y la memoria de mi pueblo.
Estoy
tan liberada, que he comprendido que la danza africana aporta psíquicamente a
nuestro estado de ánimo y principalmente a nuestras emociones, no saben la
liberación interna que siento cuando bailo, así que me convierto en actriz y le
doy alma a mi personaje aunque haya aprendido técnicas y hasta coreografías,
porque tengo respeto por lo que hago, siento gratitud por los espíritus que me
permiten mi paso por esta tierra y mi equilibrio en ella.
Pero
he decidido viajar a otro vientre, quiero salir de estas fértiles tierras de África
y nacer en otras áridas, porque quiero saber que se siente bailar para pedir
alimento, quiero ayudar al equilibrio de un nuevo pueblo que percibe
fuertemente la escasez y lo he conseguido. Ahora participo de danzas que son
unas hermosas ceremonias en unas tierras que pertenecen a Oceanía, aquí saltan,
patalean y lo hacen fuertemente con unas especies de chancletas, que además
alegran con sus festividades enlaces matrimoniales, estoy feliz por esto y he
conocido a personas de otras islas que se atavían con conchas marinas, y hasta
flores y hojas de árboles y representan
historias con los movimientos de sus manos, con una dulce sutileza, delicadas y
suaves que me he quedado extasiada mirándolos, y he recordado cuando vivía en
la cueva y nos poníamos a danzar todos, así que he sentido nostalgia, pero
siempre estoy feliz de conocer algo nuevo.
Hay
una danza que es relajada, me gustan sus movimientos delicados y graciosos, sus
pasos son pequeños, casi tímidos, y los brazos, los brazos van en alto como
cuando fertilizada por mi hombre primitivo me proponía alcanzar el cielo. Me
gusta ver que son mujeres, las mujeres aquí bailan y comparten su sensualidad
con los hombres, que no sólo tocan música, sino que observan el espectáculo.
Pero hay una danza que es lo más espectacular que he visto hasta ahora, aquí
las bailarinas son profesionales que pueden hacer los más contorsionados
ejercicios de acrobacia, y la música es alegre como cuando era africana y
sentía el percutir de los tambores.
Estoy
asombrada, cuando miro mi cuerpo sé que no soy capaz de realizar lo que ahora
mis ojos ven, lo sé, porque estas bailarinas tienen unas piernas musculosas,
son fuertes, pero lo que me cautiva mas es que son amistosas y sus ropas son
suaves, me dicen que se llaman túnicas, son largas y airosas, a veces les he visto
unas falditas cortas y dejan descubiertos sus torsos, de verdad quisiera bailar
como ellas. Lo que quizás no me satisface es que estas danzas son de carácter
clasista y fijas, no como cuando giraba alrededor del gigante árbol que nos
daba sombra frente a la cueva o en medio de hierbas altas, en los espacios que
fuesen necesarios, nos gustaba recorrer y conocer nuestro entorno, pero los
egipcios parece que ya lo saben todo, y se quedan a bailar en lugares
específicos y reglamentan sus pasos, pero es interesante como hacen de la
concentración la búsqueda interior del individuo que ejecuta el baile, aquí la
forma se rebela y la simetría es un planteamiento que se percibe. Hay unas
mujeres que corporabilizan su vientre y me han comentado que hace referencia a
la mujer virgen, pero hay esclavos, muchos, pocos tienen privilegios y ya me
quiero de ir de aquí, soy una mujer sensible.
Quiero
mar, y me encamino al Mediterráneo, donde hay una civilización extraordinaria
que alguien alguna vez me comento sigiloso al oído, se trata de Grecia, cuna de
filósofos, que además ya habían viajado a Egipto y disfrutaban admirados de
esta enigmática civilización, así que ya sabían de ellos y tomaron sus
influencias, sobre todo la danza. Lo que hicieron fue complejo, sus danzas son
rituales que rememoran dioses y diosas de su panteón. El dios Dionisio es el
orgiástico dionisiaco que bajo los efectos del vino, embriaga a todos, y se
desarrollan fiestas extásicas.
Las
danzas griegas reposan en el mito, ellos danzaban, pensaban y actuaban usando
el cuerpo como símbolo, giran y saltan, se agrupan, sus danzas populares son
religiosas y sus celebraciones populares abarcan lo que nunca antes, porque
comienzan a danzar en bodas, funerales, pero sobre todo el entendimiento de su
corporalidad es algo semejante a la búsqueda del placer como principio de vida,
ahora que veo esto comprendo lo que es ir mas de nuestros cuerpos poseídos por
la procreación, encontrarse en uno mismo es encontrar una fuerza inseparable
del orgullo individual. Los griegos corren, saben avanzar, representan el
tiempo fugaz y remoto, sus representaciones están en relación directa con los
espacios arquitectónicos, espacios circulares que hablan de lo cíclico de la
vida y eso lo entiendo muy bien. El éxtasis es un conducto individual y esto no
es un misterio.
El
teatro se asocia a la danza, porque está ultima ocupa la mímica corporal, eso
me explicaban, y que era importante sistematizar, porque eso conduce a una
buena ejecución y por ende una buena interpretación. Les digo que he quedado
tan fascinada ahora, que he decidido quedarme hasta el siglo V donde las danzas
forman parte de la escena social y política, y se puede percibir como una
especie de lenguaje, donde ellos expresan sus emociones a pesar de su origen
divino, y se sienten los sentimientos más profundos, y es bueno que aclare que
a pesar de todo no buscaban la perfección de la interpretación, sino la fuerza
de la caracterización y aquí hago una reflexión mientras observó desde El
Partenón la hermosa ciudad de Atenas y encuentro que aquí hay diferencias con
los egipcios que si buscaban el sentido de la perfección en la forma.
Cada
comedia, tragedia o drama satírico incluían la representación de variados tipos
de danzas, como la llamada Pírrica,
de carácter religioso, acompasada al ritmo de escudos militares en honor a
Atenea, diosa de la guerra, otras que se celebraban en Delfos y que eran
consagradas al Dios Apolo y que imitaban el vuelo de las grullas, recordando
también al héroe Teseo saliendo del laberinto del Minotauro. Pero tendré que
confesar que adoro las danzas frenéticas, acompañadas de percusiones,
protagonizada por sátiros y ménades y dedicadas al Dios Dionisio, he de
confesar que ese Dios si me cae bien. A los griegos les gusta bailar, por eso,
a pesar de prohibiciones en época de Espartano lograron salir de ello y tomó
apogeo el arte de bailar, durante la edad clásica aparecen como 200 danzas
clasificadas como religiosas, atléticas, dramáticas y populares que se
representaban en templos, teatros y estadios, la diosa de la danza entra en
escena ahora como la más preciada y honrada de todas, entra convocada
Terpsícore a lo que es la manifestación más antigua de la relación del hombre
con el arte, la danza.
En
este momento pienso que es tan arraigado este amor al baile y tan ceñido a sus
vidas que esta forma de entender el movimiento y danzar, por si misma,
perdurará en el tiempo y lo demostraré en cuanto decida ser una mujer del
futuro, ya ven que no me gusta quedarme mucho tiempo en el mismo sitio.
He
tenido un sueño terrible, no sé dónde es, pero es una ciudad hermosa, eso no me
cabe duda, y creo que se llama Roma, lo que he visto allí no lo he visto nunca,
y ya saben que he viajado incansablemente, allí en año 150 a.c había escuelas
de arte que se cerraron, la nobleza de esta exquisita ciudad consideró que la
danza, por ejemplo, era una actividad peligrosa y así duró mucho tiempo, danzar
allí era como un vacío en la memoria y creo que eso trajo como consecuencia que
en tiempos del Emperador Augusto haya surgido la pantomima, esto es algo comunicativo,
pero no utiliza palabras, y los gestos son muy estilizados, así también como
los movimientos.
La
danza se degenera por tendencia del propio sistema que allí imperaba, las
danzas tenían una carga de sensualidad y erotismo que me erizaba los cabellos
de la superficie de mi piel, porque la sociedad romana es abierta, y si, en un
principio, ellos reciben las influencias de Grecia en muchos aspectos,
principalmente, el agrado por su mitología y básicamente por su relación con un
idea humanizada y sus danzas primigenias tenían un carácter religioso, ahora
mismo, les cuento, que se me revelo en el sueño las danzas absolutamente
paganas y mundanas.
Tres
tipos de danzas existen allí como la beli-balí (raíz de baile), la Balistea
(danza en coro) y la Balistorum (danza de ronda). Ahora bien, allí comienza la
cristianización y por tanto una nueva forma de entender el cuerpo y esta danza
cargada de extrema sensualidad se convierte en objeto de controversias y
conflictos. Quisiera documentar los detalles en una cápsula y me sugiero
determinar:
DANZAS PREHISTÓRICAS=COSMOGONÍA
DANZAS AFRICANAS=POLIRRITMIA
DANZAS DE OCEANÍA=NATURALEZA
EGIPTO=DANZA=PERFECCIÓN
GRECIA=DANZA=CARACTERIZACIÓN
ROMA=DANZA=EROTISMO
Sé
que el trayecto es largo para poder llegar a un sitio, donde la vida se
convierta en un constante absurdo de necesidades materiales, un tiempo que se
anuncia como Modernidad, donde el hombre se encierra a crear cosas que le
faciliten la vida, donde todo está tan lleno de saturados elementos, al punto
que, la danza se convierte en una cantidad desorbitada de ritmos y estilos,
donde la música interviene para preñarla de diferencias; incluso sociales. Me
arriesgaré y concentrándome en un espacio así,
me traslado de la ahora revuelta Roma, donde un cristo crucificado nos
juzga al bailar, donde no sabemos manejar nuestros instintos y los hacemos
rodar como maquinarias rotas, sin sentido de estación, sino como el amparo de
un desorden emocional resuelto en orgías y excesos.
Y
bajo, dándole vueltas a la tierra, donde hace más calor, parece que ya han
pasado muchas cosas, me entere por el trayecto que hubo un momento que se llamó
Renacimiento y que un hombre con una larga barba había creado maquinas que nos
podían ayudar a volar, y que pintaba como si las personas vivieran en un
lienzo, o donde una cuestión como la perspectiva, que me explican, es algo muy
científico que pone en nuestro el ojo el infinito, que a través de este invento el mundo cambia y se
acercan los hombres a ser hombres y se alejan de Dios.
Pero
en la vida, la comprensión de la necesidad del otro, es algo que de repente se
comienza a perder y aparece algo tan extraño como el individualismo, el hombre
tiene conciencia de sí, pero lo peor, es que grupos de hombres hacen reflexión
sobre como explotar a otros hombres. Quiero ver unas tierras plenas de verdes,
azules y naranjas que se llaman América, porque ahí llegaron los absurdos
deseos humanos de conquista, pero me dicen, que también han aparecido danzas
que ahora mismo son admiradas y puestas en un orgullo plenamente cultural.
He
llegado a Cuba, las personas no son de un sólo color, y caminan de forma
distinta a todos los que he conocido, levantan la cabeza y miran de frente,
saludan de besos, y sonríen aunque estén a punto de morir, pero entiendo que no
puede ser de otra manera, porque el color de su entorno es casi parecido a lo
que veía, cuando masticaba aquellas hojas, que nos daba el chamán en la cueva y
entonces veíamos el milagro de la naturaleza, esto lo he sentido aquí.
De
la misma manera danzan y por las mismas razones. Cualquier codificación que se
pretenda hacer de la música cubana dependerá más bien del nivel de mezcla entre
las influencias europeas y africanas que se descubran en ella, asi como también
su vínculo directo con la danza. Porque absurdamente esta isla, porque he
olvidado decir que es una enorme isla alargada que tiene forma de caimán,
reposando sobre las más deliciosas aguas del mar atlántico, tuvo el coloniaje
español durante largos años y entre sus
afanes de conquista estuvo la traída de africanos de regiones como Nigeria o el
Congo fundamentalmente, y que sufrieron vejaciones inimaginables al tener
obligatoriamente que asumir la esclavitud. Ahora bien, reducirla a esta
clasificación sería demasiado simple, pues en realidad la música cubana junto a
la danza es el rico y complejo resultado de la fusión creativa de estas dos
fuentes, al que se ha adicionado históricamente la influencia de las más
diversas culturas y tendencias musicales.
Camino
por sus calles y escucho como cortan las palabras, aquí no se pierde tiempo, si
se ama, se dice te amo, si te necesitan no esperan a que les pidan ayuda, son
capaces de tener el más fino instinto de auxilio por el otro, es una actitud
que había olvidado en el camino recorrido, es la actitud del hombre que sabe
vivir en comunidad, que respeta las diferencias y que suma la paz a su entorno
creativo, del mismo modo es cuando bailan, los cubanos bailan para sí mismos y
para los demás, se acompañan en pareja fluidamente y celebran con ritmos como
El guaguancó, sé que así se llama,
porque en este momento he entrado a un “Solar”, así se le llaman a sitios
populares donde las personas viven aunados en pequeños cuartos, uno al lado del
otro, que parecen pobres, pero sólo es una pobreza material, porque aquí todos sonríen y bailan y se gritan desde las
ventanas y tienden sus ropas en los comunitarios balcones, que también danzan
al compás de la rumba . Me dice un mulato, un hombre de colores hermosos, mezcla
cultural y grandiosa, que el guaguancó se originó en Cuba a raíz de la
abolición de la esclavitud en la Isla en 1886. El guaguancó representa una
fusión de varios rituales profanos afro-cubanos conocidos como rumbas. Las
otras dos variedades importantes son el Yambú y la Columbia.
Los
bailadores del guaguancó se mueven al ritmo de los instrumentos de percusión
rodeados de un coro dirigido por un solista, que realizan una coreografía
altamente erótica. El hombre va en busca de la mujer con fuertes movimientos
pélvicos muy expresivos. Ella a su vez, lo evade y rechaza, hasta finalmente
someterse a sus avances, me encanta la conquista, esta parte de la danza ritual
de cortejo, que ya había visto en África y que me hacía sentir extasiada, en
una constante emoción de placer imprevisto, que sacude y que relaja el cuerpo y
la mente, pero esa conexión con los ciclos de la vida, ese entendimiento del
cosmos, ese que es el universo de todas las cosas, ese acto final que significa la conquista realizada,
se conoce como el vacunao, es lo que digo, cortan sensualmente las palabras y
hacen de lo complejo algo simple. A pesar de sus ritmos netamente africanos, el
guaguancó revela ciertas influencias españolas, especialmente en sus manifestaciones
flamencas y de las décimas campesinas en los textos, estamos frente al mundo
del Folclore, ese conjunto de creencias y costumbres que revelan la
idiosincrasia de un pueblo y que tienen orígenes mitológicos, esos que explican
el mundo, que hablan de interpretaciones de la realidad y que devienen en el
rito simbólico, pero absolutamente terrenal. El guaguancó surgió cuando los
afro-cubanos intentaron cantar y bailar flamenco.
Me
han hablado de muchos sitios, donde continúan las tradiciones ancestrales,
donde ya bailar nos agrupa en sitios que aluden a las bacanales romanas, como
las famosas discotecas, donde parece que el dios Dionisio se quedó a vivir
eternamente, o sitios donde la danza es un espectáculo singular lleno de
técnicas de ejecución, que recuerdan a
Egipto, donde el perfeccionismo arranca los más efusivos aplausos, que parten
de cánones clásicos que sistematizaron también los griegos y le dieron la
connotación del espíritu humanizado de los sentimientos, lo que conocemos ahora
como caracterización, que incluso los modernos trasformaron en esquemas, que
después fueron bailes clásicos, altamente complejos, que convirtieron al bailarín
en un prácticamente talentoso y excesivamente perfeccionista, que subió a la
danza a los escenarios para que pudieran elevarse a cualquier otra arte, con público
conocedor, en algunos casos erudito, a veces totalmente ignorante, pero capaz
de tener una experiencia estética, yo quisiera ir a todos los sitios, pero he
descubierto que en Cuba puedo encontrar todo aquello que hace de la danza una
forma de expresión diferenciada, aludiendo a una frase de Isadora Duncan: “Nací a la orilla del mar. Mi primera idea
del movimiento y de la danza me ha venido seguramente del ritmo de las
olas...”. Esto permite que el cuerpo sea un derecho de ejecutante terrenal
y onírico, elevado, poseído, estudiado y unido a la gran escena de la vida, y
he decidido quedarme aquí, donde puedo buscar mi propia comida y compartirla
con otros, donde soy cortejada, donde puedo profesionalizar mis movimientos,
pero donde puedo moverme extásicamente, al ritmo de mis propias convicciones,
porque Cuba sabe y cada cubano, que la improvisación es un reconocimiento
espiritual de tus más anhelantes facultades internas.
Bailar
es la sacudida de un latido de sangre, un ser a través del cuerpo, una
pulsación primigenia, un mundo musical, pero sobre todo una necesitad social
estrechamente vinculada con el entendimiento humano de pertenencia, como dijo
Agnes George De Mille, la bailarina americana: “La expresión más auténtica de un pueblo está en sus danzas y su
música. Los cuerpos nunca mienten”.
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