¿Por qué Alicia Alonso si puede bailar Rumba?
El baile es un lenguaje universal que se
deduce en todas partes. A veces no se necesita hablar, sólo basta con danzar. A
través de la danza un pueblo puede decirle a otro lo que está sucediendo,
contarle sus experiencias, compartir lo que siente. En los tiempos primitivos, el
ser humano expresaba su sentir por medio
de movimientos, el gesto implicaba la razón de entelequia del mundo que se
intenta comprender. Al principio, los movimientos acompañaban a sus palabras;
naturalmente aplicaban estos gestos para articular sus temores, sus dudas, el
desconcierto que les producía toda la naturaleza que estaban descubriendo.
Después, estos primeros movimientos entrelazados con el gesto, le auxilian en
la creación de sus danzas que celebran
el cultivo, por ejemplo, de una buena
cosecha; luego emergen las danzas guerreras y de alabanza a sus dioses, y a
partir de estos movimientos inspirados por una emoción y un profundo
sentimiento nace una técnica, la técnica del ballet, que luego se convierte en
un hecho teatral. Por eso la danza es uno de los más excelsos medios para
conocer la mentalidad de un pueblo, el cómo se expresa un pueblo a través del
movimiento de su cuerpo.
Alicia Alonso nació el 21 de diciembre de 1920, en La
Habana, Cuba y desde pequeña gustaba de bailar al ritmo de cualquier música,
parte que me recuerda a la entrañable película inglesa de Stephen Daldry: “Billy Elliot”, donde un niño se deja
llevar por el grito fecundo de su talento para bailar y consigue la cima de sus
posibilidades, rompiendo las fronteras, que aunque siempre existirán en
cualquier proceso de vida, para un bailarín, que además ha nacido en un seno
familiar modesto, y por demás protagonizado por el rol masculino, que aun en
nuestras sociedades modernas son de difícil desapego a códigos sociales
reprimidos, siempre será más difícil.
Un bailarín formado en una escuela de ballet, por obvias
razones de frecuencia activada en el reconocimiento de las capacidades de su
cuerpo, pero sobre todo, en el desarrollo multidisciplinario de su educación; con lo que puede comprender los tiempos dentro
de la música, contarlos con cada parte de su cuerpo, y por ende, bailarlos, se
contesta la pregunta de que puede bailar ese algo distinto, aparentemente
divorciado de la esencialidad onírica del ballet clásico, de esa memoria
sagrada e intocable, casi inalcanzable de superioridad ante cualquier otra
expresión dancística . El asunto radica en la compresión de una memoria
cultural, o sea, el sentido de pertenencia.
Sépase que es algo difícil de comprender por el que
baila, porque el que baila presupone, que lo que hace, es el espejo de lo
aprendido, inconscientemente un sentido de mimesis. En esta parte cabe señalar
este error ingenuo del bailarín a partir
de una vivencia de Alicia Alonso cuando radicaba en Estados Unidos, las personas le decían que
bailaba como latina, y ella no podía comprender a que exactamente se referían,
en realidad, aunque aquí intervengan estereotipos, es inevitable ser parte de
un algo cultural que no se puede expresar con palabras, pero que el gesto
traduce, se convierte en esencial forma integral de particularidades.
Ahora bien, el que al ballet clásico se le reproduzca
socialmente como algo especializado e inalcanzable se lo debemos al mismo
proceso que ha tenido la historia del ballet, y esto viene desde el siglo XVII,
en la corte de Luis XIV, cuando bajo la dirección de Beauchamp se crea La
Primera Academia de Danza y la idea del coreógrafo y de la sistematización de
los pasos se convierte en algo estable para la creación de profesionales en el
ramo. Pero el siglo XVIII aparece con reformas sustanciales y la idea de que el
texto fuese parte de la danza se elimina por completo, entra en escena la
expresividad en dualidad con el virtuosismo y se madura el ballet de acción, ¿y
que es un ballet de acción? Es la narración de una historia a partir de la
mímica, la música y la danza, sin necesidad de las palabras. Si ahora en la
actualidad podemos comprender que un bailarín es multifacético, porque su arte
y pensamiento esta insertado en lo multidisciplinario, hay que tener en cuenta
que esto ha sido un proceso largo de madurez, aunque no podemos descartar que
este sentido múltiple ya se viera como posible y observable, de forma más
especifica desde el siglo XVIII.
¿Por qué el siglo XVIII abre estas puertas? Recordemos
con precisión que hablamos del siglo de las luces o el siglo de la razón, la
razón que permite comprender el mundo desde el centro racional de existencia,
sea este la ciencia o el mismo enriquecimiento del espíritu, por ello es el
momento de que un Noverre escriba cartas refiriéndose a lo que la danza no hacía
por sí misma y lo que tenía que hacer, distingue el arte de los pasos como
danza , el ballet como un arte de
movimientos y actitudes y la pantomima como expresión de las emociones y el
gesto. Noverre quita piedras escabrosas del camino, reclama el que se use
la máscara; que no permite la verdadera fisonomía de la expresión
emocional del intérprete, las pelucas como estorbos , elementos inservibles que
se desentienden de la verdad relatada, el vestuario que impide la libertad del
cuerpo, un vestuario que no asienta en pertenecer a la creatividad movible del
que baila, así que esto abre al nacimiento del nuevo ballet como expresión de
lo académico, que empieza a pararse en puntas y que tuvo su época de oro
durante el período romántico.
Es imposible que un ballet se mantenga estático en el tiempo,
evoluciona hacia otros modelos y esto es un hecho durante todo el siglo XX, ni siquiera
las escuelas de ballet o las grandes academias pueden decirse iguales, pueden señalarse
asimiladas de otras, pero es claro que poseen su particular estilo. En este
tenor, la escuela de ballet más joven del mundo, que es La Escuela Cubana tiene
su forma de bailar, pero también de moverse, incluso la de hablar. Y la misma se nutre de todo eso, de esa sensualidad que
posee la cultura cubana. Una escuela
desarrolla coreógrafos y también aporta coreográficamente a los grandes
clásicos. ¿Qué ha hecho la escuela cubana de ballet con los clásicos?
Acercarlos a su sensibilidad, a su contemporaneidad, sin que se pierdan las
esencias.
Ahora hablemos de la Rumba, cuando nos referimos a ella estamos
frente a una compleja y típica danza folklórica afrocubana que servía como un
baile de fertilidad, principios memorables de las danzas primitivas. Se hizo
popular en las primeras décadas del siglo XX. Cabe destacar que en casi todo el
mundo se le define a la música cubana con la palabra Rumba, no es culpa de
ellos, lo que sucede es que no notan las diferencias, esas diferencias de
ritmos dentro de la difícil ejecución de la música cubana, una música creada a
contratiempo, y bailada de la misma forma. La Rumba se caracteriza por sus
movimientos eróticos y fuertes, marcados con rudeza. Las canciones hablan a
menudo sobre la vida diaria de la raza negra, así que la conectamos también con
estas danzas de trabajo, que motivan aquellas labores en donde el colectivo es
importante, lo que alienta a una
comunicación social trascendente. La Rumba se baila con un movimiento lateral de la cadera de los bailarines
con el torso derecho. El paso básico de la Rumba son dos pasitos rápidos al
lado y un lento paso al frente.
La Rumba se originó en Cuba
como un baile típico de un ambiente pasional, y la pasión es una recurrencia
universal, que se absorbe también como un comportamiento cultural, esto se
comprende muy bien cuando podemos deleitarnos con películas como la coreana “El
espíritu de la pasión” de Kim Ki-Duk donde los cuerpos de los personajes se
mueven con suavidad y rareza escénica, pero que se perciben en el cortejo de la
dignidad placentera del amor, parece una danza exquisita que te hace pensar en
esas danzas asiáticas, donde cada gesto es un símbolo que cuenta coherentemente
una historia, así es la pasión de digna, se manifieste como sea, así en una
eterna danza que sostiene la esencia de un pueblo, es la sutileza de la pasión.
La Rumba es la pasión a
gritos, es el escándalo de la pasión que se ha convertido en el baile más clásico de
los bailes de Latinoamérica. En ella se intenta representar el viejo papel de
que la mujer domina sexualmente al hombre, insinuándole e intentando deslumbrarle
con sus encantos. En una buena coreografía de este baile debe aparecer un
elemento típico donde la mujer acepta al
hombre pero después lo empuja indicando
que ya no lo desea. Este baile se convierte así en un juego de amor entre dos.
Hay muchas razones que
contestan el porqué Alicia Alonso puede bailar Rumba, podemos partir de que las
temáticas de los bailes muchas veces son entrelazadas o pueden serlo y la
gestualidad varía en cuanto al estilo del ballet más no en su objetivo temático
¿ a que me refiero? Hagamos analogía entre Giselle y una Rumba cubana en cuanto
a su temática y gestualidad.
Las temáticas evidentes de ambos bailes son el amor entre un hombre y
una mujer, la gestualidad hace referencia constante a esta centralidad, tanto
en uno como en otro, claro que la resolución es distinta, porque uno responde a
los cánones del ballet clásico y otro a la soltura del baile popular, que
además está inscrito en sus influencias africanas y esto responde más a la improvisación. Si bien en una rumba, la
mujer, símbolo de fertilidad se permite con gracia y fuerza rechazar al hombre
en esa necesidad de cortejo, del cortejo que debe tener inscrito la
incertidumbre. Giselle
(obra maestra absoluta del teatro de la danza del Romanticismo y que fue
estrenada en 1841 en la Ópera de París) constituyéndose en pieza pura y
fundamental de la danza clásica, tanto por el tratamiento de los ideales
románticos como por el empleo de la más refinada técnica teatral del siglo XIX.
En este ballet en el que, a pesar, de que la muerte de ella es por ser presa de
la mentira del hombre y que su locura la lleva a convertirse en una Willi (espíritus nocturnos del bosque, mujeres
muertas antes de celebrarse su boda y que matan a los hombres que están en él
después de la media noche) La fuerza del amor de Giselle será la salvación de
su amado, dándole su aliento y haciéndole resistir vivo hasta que amanezca. Con el alba las Willis desaparecen, y así Giselle tiene
que despedirse de su amado para siempre, él trata inútilmente de retenerla pero
ella tiene que seguir su triste destino envuelta en esa maldición
provocada por el engaño y la traición.
Los dos bailes deben reflejar el amor y el
dolor y lo deben hacer a partir del movimiento del cuerpo, de la expresión
corporal, del gesto magnificado en emoción, la mujer en ambos es símbolo de
poder, como generadoras de vida, esto es una conexión contemporánea que nos
anuncia que para ambas puestas debe
existir la pasión, esa que se conecta con el sentimiento humano más frecuente
del mundo, el amor.
Si
la Rumba es cubana y Alicia Alonso lo es, si el ballet clásico tiene sus
orígenes en Europa, y una cubana puede bailar Giselle con particulares
movimientos que la identifican con una cultura, si ante los ojos de los que
miran con detenimiento a Alicia que es el reflejo de La Escuela Cubana de Ballet,
única en su universalidad, sensual y estricta, entonces, claro está, Alicia Alonso
puede bailar rumba, porque comprende su entorno, porque es capaz de
hacer que un hombre se arrepienta como en Giselle, porque es capaz de cortejar
con su baile, porque inspira lo fértil de lo erótico, porque se para en
puntillas y camina erguida, como erguido es el tronco de la mujer bailando
rumba.
“La
danza no es la palabra, es la esencia de las palabras” reafirma Alicia, sin
embargo, la palabra puede mostrar tanto verdades como mentiras, la danza en
cambio no miente, la danza es la transparencia de una técnica aprendida, de
elementos académicos comunes, de principios similares pero sobre todo de la proyección particular de un desarrollo
artístico de un pueblo, y es una verdad individual que manifiesta un
pensamiento invariablemente simbólico y perdurable en el tiempo.
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