MECANISMOS SURREALISTAS. ENSAYO Maria Teresa Acosta Carmenate



INTRODUCCIÓN
El Surrealismo nació de una fe incondicional en el genio de la juventud.
André Bretón .

En 1924, algunos poetas, intelectuales y artistas europeos, casi en su mayoría de ideología marxista, se agruparon alrededor de lo que fue la revista “La Revolución Surrealista” y a la figura de André Bretón, era el mejor momento histórico para soltar libremente el inconsciente, el sueño, incluso las pesadillas, obsesiones y represiones, a través de mecanismos como el automatismo y maneras de notable imaginación.
Este ensayo intentará valorar a partir de las ideas surrealistas convocadas desde su manifiesto bretoniano y percibidas dentro de la historia del arte, un carácter mucho más lúdico de encuentros con la sucesión de manifestaciones artísticas, donde podamos encontrar, no solo los aspectos conceptuales de apreciación surrealista para la creación, sino detalles de un mundo formal que pudieron servir de antecedentes, conscientes o no, y de consecuentes.
Para este ejercicio cabe, sin lugar a dudas, la necesidad de la comparación, muchas veces la teoría y el abuso de ella no nos deja ver con claridad el significativo universo artístico, que desde que La Ilustración nos abrió la necesidad del orden y el conocimiento controlado, nos determinaron una serie de conceptos que leídos y no vistos son difíciles, no solo de aplicar, sino de comprender, lo que digo no es algo no dicho, pero lo que digo no es algo resuelto, por esa razón jugaremos a encontrar esa relación teórica necesaria dentro del arte, con la observación a través de la imagen, para ir resolviendo caminos de perspicacia, que ayuden a despertar la percepción a partir de elementos singulares: de repetición, de interpretación, de sugerencia, de aportación o de distinción.

CONTEXTO, PROVOCACIÓN Y REFLEXIONES

Los puntos de vista alrededor de los precedentes del surrealismo son variados, pero por lo general convergen la mayoría de sus estudiosos, en claridades anteriores a lo que fue la pintura de Giorgio de Chirico y las manifestaciones dadaístas, me refiero a la obra de El Bosco o a la de Giuseppe Arcimboldo, el primero enmarcado dentro de la pintura flamenca y el último dentro de la pintura manierista. El Bosco en tiempo anterior había realizado una pintura que muchos conciben surrealista por ese circuito de implicaciones sobre la realidad, que alude a la imaginación y de cierto modo a lo irracional.
El surrealismo penetra en un momento en el cual había entrado en crisis un modelo cultural y quebrado el viejo orden establecido, contextualmente hablando, la aparición del término coincide con el surgir de la Revolución Rusa de 1917, cuando Guillaume Apollinaire lo acuña durante la presentación de un escrito que había realizado para el programa de mano del musical Parade, justamente en la fecha anteriormente mencionada, también se sabe que fue subtitulo de la obra de teatro Las tetas de Tiresias, concertado como drama surrealista durante su presentación en junio del mismo año. Las referencias esenciales de la palabra nacida, tienen que ver con el enriquecimiento y la metamorfosis que se le da a la transcripción creativa de un objeto, y es conveniente remitirnos a lo que Apollinaire dice al respecto en el prefacio del drama: “Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo...” Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna” .
Esto motivó el que tomaran la palabra, porque el movimiento surrealista irrumpiría dentro del periodo comprendido entre 1921-1924. André Bretón plantearía las directrices del movimiento dentro del manifiesto del surrealismo elaborado precisamente en 1924, con este manifiesto la palabra tendría su verdadera sustancia, pero los gérmenes de esa ruptura venían desde tiempos pasados. Para Graziella Pogolotti (1986) estas semillas de desavenencia ya eran precisas en la obra de Paul Cézanne, quien le parecía: “[…] paciente y tozudo constructor de un mundo autónomo, sólido, incorruptible, eterno. La pintura resultaba así contrapartida necesaria ante la fragilidad de los valores y de las cosas.” (P.8) Cézanne podía pasar varias horas frente al lienzo intentando encontrarse, en un estado casi delirante, con la aproximación al sujeto o a la imagen que se le había entrometido expresar, aunque Pogolotti no lo vincule a ideas de búsquedas profundas dentro del inconsciente, asunto con el que se identifica al surrealismo, y que por supuesto tampoco es mi intención, Cézanne si distribuye fundamentos que las vanguardias desarrollarían resanando actitudes compositivas. En ese punto, el periodo Sintético de Cézanne es, a mi parecer, el destino final de su arte, reduciendo, cada vez más, las formas a sus términos esenciales, y cada uno de sus objetos están impregnados de poesía.
Los surrealistas, de cierta forma, son partícula de lo que el genio de Cézanne intuyó, y dio a bien, generosamente regalar; al arte de finales del siglo XIX y definitivamente a su transcurrir durante el siglo XX. Los surrealistas son parte del síntoma de las vanguardias, pero también hijos de la esencialidad, de encontrar la profundidad del sujeto introvertido que refleja un mundo, dulce o amargo, o ambos, teniendo como resultado la metáfora de la vida, algo que ya Cézanne tenía previsto.




Considero que la obra de Cézanne que he seleccionado para este trayecto, resume varias situaciones que ya menciono y que mencionaré. Es sabido que su trabajo se vinculó con recurrencia a la interpretación de las naturalezas muertas, estas, aparentemente consolidadas en la temática desde tiempos barrocos, toman en Cézanne una tonalidad de rompimientos formales, no solo en la colocación de los elementos, sin permitirnos darle mucha importancia a la perspectiva renacentista, ni a los volúmenes de la pintura realista, ni a los claroscuros barrocos, ni a la fugacidad impresionista. La obra de Cézanne es un anuncio conceptual, es un juego de formas casi cayendo frente a nuestra vista, una distribución yuxtapuesta de colores que se brindan en manchas liberadas de escarmientos académicos, para darnos preceptos que bien pueden vincularse a puntos surreales. Esta obra en especifico relaciona semióticamente el lenguaje de las naturalezas muertas, de dos maneras especificas, la primera se nos da formalmente, colocando los cráneos como sinónimos de frutas, jarrones, flores, utensilios cotidianos relajados sobre paños, manteles, mesas etc. Esta naturaleza formal asume la noción de Muerta cuando conceptualmente es igual a cráneo, cráneo es igual a esqueleto humano, esqueleto humano es igual a muerte:

NATURALEZA MUERTA= CRÁNEO=ESQUELETO HUMANO=MUERTE

Esta área triangular de cráneos parece desbordarse del lienzo a la forma de un sueño, que ya no puede sobrevivir dentro de la tolerancia de las sensaciones, porque se nos deviene pesadilla, indisciplina de elementos o angustia existencial. Pareciese como si Cézanne hubiera encontrado la profundidad del Yo, ese inconsciente que se plasma automático y se descubre como insólito, aunque a la manera de Graziella Pogolotti (1986): “[…] para los surrealistas, lo insólito había tenido un sentido bien diferente. Se impuso por renovar un universo en que las cosas parecían ordenadas, clasificadas para siempre y, en cierto modo, gastadas por el uso” (P.8). Yo me atrevería a decir más, porque la pintura surrealista sintomática del siglo XX, aunque aunaba, entre muchas cosas, aspectos de índole conceptual, también se perciben distintivos formales, que en formas variadas, cada autor determinaría como secuela de su individualidad. Cézanne no fue surrealista, es considerado posimpresionista, pero es un poco lo que decía Kandinsky: “El arte permanece mudo para los que no quieren escuchar la forma. ¡Sí! Pero no solo el arte abstracto, sino todo el arte, incluso el más realista”
El surrealismo es un estado de ánimo, un predominio de lo casual sobre lo premeditado, por esa razón no se le ha considerado jamás una escuela de literatura o arte, porque de alguna forma se conectó con una disposición del espíritu, buscando el conocimiento del ser tratando de aprehenderlo totalmente, para ello pusieron la tilde en el sueño, navegaron en el inconsciente tratando de ser meticulosos, y heredaron de los nihilistas dadanianos el azar, como un camino de acceso a una actitud poética, que raya en la construcción romántica, en donde se puede encontrar: la inefable vida. La vida no hay forma de comprenderla en el aquí y el ahora, sino en otro sitio, en otro lugar, es un camino de regreso que permite saber el camino del ahora mismo, este saberlo surgir, o sea, hacerlo presente, permite una realidad superior, esa realidad se convierte en nuestra factibilidad de ser.
Para ello, los surrealistas encontraron modos de comunicarlo, a partir de: automatismo, ceder la palabra a la profundidad del YO para dar paso a una coherencia de las pulsiones o de lo afectivo, que aunque de momento resulte indescifrable, recoge los significados sorprendentes que turban o decepcionan de un sueño. A diferencia de Freud, que dicho sea de paso, negó al surrealismo una misma intencionalidad en relación con su obra sobre la interpretación de los sueños. En clara diferencia, Freud decía contundentemente, que en los sueños se lograban descubrir todas las manifestaciones represivas, o al menos, resultan una serie de datos confiables, que permiten el encuentro con el sentido del comportamiento del sujeto en su vida consciente. Hallando o descifrando cada uno de los distintos testimonios que el sueño proporciona, puede localizarse una cura, un modo de resolución adecuada para no introducirnos en enfermedades de índole mental o sencillamente de inadaptación social, lo sueños en este sentido pueden ser preventivos por su carácter premonitorio, pueden ser reflejo, en el cual nos vemos como somos en realidad o comparten la categoría del síntoma, que colocado en un esquema lógico, nos dice en verdad donde radica el problema, para tratar de manejarlo hacia una vida positiva del sujeto.
Los surrealistas muchas veces se provocaban otras fases para encontrarse con las formas que no son perceptibles en la razón de la conciencia, me parece a mí, que mas que su autoconocimiento es la búsqueda del placer, del éxtasis que provoca una realidad desconocida, porque es inapresable, no metódica, ilógica, inverosímil, y esto era fruto permanente de la creatividad, así como la no relación de los objetos concebidos en la realidad palpable, esa realidad, que relaciona todo el tiempo, el objeto y el concepto.
Lo anterior tiene que ver con el legado de los Ready Made del siempre referido Marcel Duchamp, su trabajo nos habla de la incoherencia de la coherencia convencional de los cuerpos, estos, también ideas que no se conectan a una realidad comprensible en la realidad social y consciente del sujeto, eran resultados orgásmicos que producían arte, que engendraban un sentido verdadero de vida, una intención de no pulsión de muerte, creaba arte no antiarte como era clara la intencionalidad de los dadaístas. Los surrealistas tomaron de ellos muchos aspectos, pero fundamentalmente de Duchamp es la no relación de los objetos, por ende, la multiplicidad de significados, donde el espectador es parte importante de la obra.
Pero aunque a Freud o a los surrealistas no los una la búsqueda de la interpretación de los sueños por el mismo camino, si los une una idea freudiana que se vincula con un mecanismo de defensa, que de forma recurrente usamos: La Sublimación, este acto lleva en sí mismo el desfogue de las represiones, que básicamente en el artista se esparce en la obra de arte, en el acto creador, desprendiendo toda destrucción interna y externa, para que el ser humano-artista no caiga en la desolación del neurótico, y pueda vivir y convivir dentro de la sociedad como un adaptado, yo digo, no lo dijo Freud, un artista siempre, utilizando la sublimación, no será un adaptado, sino un inadaptado feliz. Los surrealistas se parecen más a unos inadaptados felices.


MECANISMOS y MANERAS. CONDICIONES LÚDICAS: PRECEDENTES Y DEVENIRES
Entremos a ciertas características que valdrían la pena definir, para introducirnos en el juego de las comparaciones significativas en este ejercicio de relación visual, en donde encontraremos, como mencionaba, vínculos formales y conceptuales entre algunas manifestaciones, dentro del arte, que había sucedido, sucedía y sucedería.

















Estos conceptos que he seleccionado los dividiré en mecanismos y maneras:

MECANISMOS MANERAS


AUTOMATISMO POESÍA
INVEROSÍMIL IMAGINACIÓN
ONÍRICO NATURALEZA
MECANISMOS
EL AUTOMATISMO

El automatismo surrealista sugiere que el inconsciente siempre predomine, que la memorización es un acto secundario y que hay que darle un lugar de privilegio al instinto, es importante la observación, al tomar decisiones estas deben ser de forma inmediata sin propósitos concretos y hay que asumir los riesgos, así que el error no existe sino las oportunidades que el mismo error ofrece, esa es la piedra angular de una obra de arte.
Los recuerdos que esta aplicación del autómata surrealista me sugieren son un traslado al acto primitivista, a un estadío primigenio que bien valdría la pena aventurar como acto autómata propio de culturas primitivas o prehistóricas que finalmente fueron recorridas en las vanguardias artísticas y que considero que el surrealismo también enfrentó de alguna manera. La aspersión, acto deliberado del artista prehistórico de escupir pigmentos, la mayoría de las veces colocando su mano sobre variadas superficies, son, en sí mismos, actos autómatas, que condujeron a efectos diversos y brinda también una individualidad, esa individualidad puede ser vista de tres maneras, según me atrevería a pensar: la lúdica, la permanencia en el tiempo o la expresión de un YO profundo. El término automatismo llegó al mundo de la pintura desde el espiritismo , la pasividad absoluta del autor es la que se relaciona con el automatismo total, es decir, lograrlo implica no un estado normal del sujeto, sino un desahogo que recaerá en el desborde de sus obsesiones. Flujos y reflujos de estas, consideraran la presencia del mundo circundante en la obra.





En el dibujo de Miró hay una clara relación con la idea del automatismo, este se observa en el trazo suelto y libre que le permite la soltura del proceso gestual, propio de los postulados surrealistas, de colocar al inconsciente como vehículo distintivo del encuentro con la verdad de vida. El acto inconsciente proporciona la libertad de formas y cada uno de los elementos surgidos renacen de una aparente no relación entre ellos para permear los multisignificados. Miró, considerado surrealista y único a la vez, refleja en su obra destellos de lo lúdico, que es lo primero, que a mi parecer salta a la vista, pero eso que es lúdico, es, definitivamente una influencia clara del acto autómata, liberado, volátil, etéreo, de significados románticos, he ahí una relación con el universo espiritista, que no buscan la destrucción sino el placer de no someterse a los convencionalismos de la coherencia del lenguaje, el lenguaje cotidiano, por ejemplo. El lenguaje de Miró es a la manera de los artistas de la prehistoria un lenguaje no premeditado, pero que contiene la sustancia de la interpretación de su entorno.
Evitar que la razón intervenga en el acto surrealista es lo que se convierte en automatismo, estas referencias de trances no tanteados, donde el inconsciente hace su aparición exquisita y sublime para dosificar sus fuerzas en trazos que localizan el yo profundo y el destino de los esfuerzos soñados. Breton (1924) en el Manifiesto Surrealista expresa que el surrealismo es: […] “Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral." El azar es aquí herramienta de libertad, que habita en el poder, de lo que, para los surrealistas era relevante, el poder de los sueños, zafarse de todo acto mecánico y conducir la imaginación por el camino de lo inverosímil ante el mundo ordenado para realmente expresar y expresarse como imperativo individual.
Es definitivo para el Action Painting esto. En la mano de Jackson Pollock habitó esta liberación gestual que se une a la forma en la que los surrealistas vieron la esencia de su arte. El acto mismo de esparcir pintura, no importando las formas que se quiera obtener, sino las formas que aparezcan, que estarán siempre impregnadas de los múltiples significados, la no búsqueda que provoca la exageración de texturas, la colocación inusual de colores que estimulan finalmente una plástica de sensaciones infinitas, donde parece nunca terminar en algún punto, porque el acto automático de compartir un estado que pasa entre lo lúdico, lo visceral y lo sublime, descondensa un fin. Lo automático es recurso que determinó la vehemencia en el llamado expresionismo abstracto y que se aprecia en la obra de Pollock.

















LO INVEROSÍMIL





La no lógica de relación de objetos que provocan las imágenes del surrealismo tienen el toque Duchamp de rebelde acento Dadá, melodía de influencias que acompañaran al movimiento surrealista, que a su vez escoltaran a otros movimientos, que el surrealismo dio a bien alimentar, con algunas maneras de hacer, ser y padecer. El propósito verdadero del dadaísmo era denunciar, protestar y generar polémica en torno a la Primera Guerra Mundial y sus seguidores lo hacían resaltando lo ilógico, el absurdo y para lograrlo estimulaban lo espontáneo, combinando elementos como el pesimismo, la ironía y la falta de creencia absoluta en las cosas para formular su mensaje desmedido. Marcel Duchamp lo reflejó mejor que nadie, sus obras son la conversión de objetos de la vida cotidiana en obras de arte, relaciones que hasta entonces no eran posibles en el pensamiento occidental sobre la significación del arte, que espera que la estética de lo bello sea lo que fundamente el concepto de la elevación del espíritu del que hace u observa la obra artística, Duchamp y los dadaístas rompen de tajo con todo eso y le dan al movimiento surrealista, en base a lo anterior, uno de los fundamentos de sus principios, estos tienen que ver con la presencia de los sueños sosteniéndose en la incoherencia de las imágenes del inconsciente en estado onírico. Claro que a diferencia de los dadaístas, los artistas del surrealismo no tienen un pensamiento nihilista, sino que nada se siente como destructivo, mas bien, como constructivo de una nueva realidad, una superior que contiene los significados de nuestra existencia.
La obra de Duchamp introduce, más allá de los objetos cotidianos como trascendencia de arte, una penetración a la ilógica de las relaciones objetuales para conducir a la multiplicidad de respuestas. Formalmente hablando, una rueda de bicicleta nace de un simple banco de madera apareciendo lo imposible, aunque en realidad estamos frente a lo inverosímil que es a su vez lo inefable.
La obra de Dalí hace lo mismo, un teléfono, objeto de la cotidianidad posee de auricular una langosta, ambas obras aluden a lo ilógico, y ahí están las influencias sostenibles de preceptos dadaístas en las obras surrealistas. ¿Donde se divorcian? definitivamente en las intenciones de partida, la obra de Duchamp es contestataria de un proceso histórico sostenido por la destrucción de la guerra y porque el arte ya no estaba cubriendo las necesidades de la sociedad, finalmente la época Dadá es una época de hartazgos, el Dadá es hartazgo. La obra de Dalí abre la puerta del inconsciente, refleja la incoherencia del pensamiento onírico, relaciona objetos a la par de un estadío de ensoñación, busca distinguirse desde la profundidad del más recóndito pensamiento inconsciente, por eso su obra, que contiene también la multiplicidad de significados, aborda con cercanía el freudiano sentido de la sexualidad, es una obra interior, no denuncia, no critica, no sacude masas, solo perpetua la condición personal, el Yo más determinante, el ego mas distanciado.












Esta no relación de los objetos, tal como los comprendemos dentro de nuestra lógica cotidiana, es forma que puede identificarse en ciertas manifestaciones contemporáneas como en las Instalaciones, no sólo por la interacción de más de dos objetos a la vez, sino porque, en sí misma, la no coincidencia de ellos provoca en el espectador una voluminosa cantidad de posibilidades de sentido. Este tipo de instalaciones parecen provocarnos o polemizar nuestra existencia y ciertamente tratamos de viajar a través de ellas a un estado de invariable acción metafísica, no importa razonar y encontrar verdades, sino dejarse llevar por el viaje de la ensoñación o de aspectos inconscientes devastados por la imaginación. Las instalaciones son un poco escenográficas pero también subversivas sobre la realidad existencial de los objetos, algo que el surrealismo destacó severamente en sus imágenes extraídas del mundo del yo verdadero, el profundo y sustancial inconsciente.



LO ONÍRICO














El término de Alter Ego es útil para explicar algunas facetas de desdoblamientos, que pueden observarse en apariencia en las obras surrealistas. Este término para el arte ha sido factible, en el caso de la literatura y dentro del género de la ciencia ficción es ocupado para ocultar la verdadera personalidad o identidad de los personajes o hacer juegos entre el bien y el mal, para la psicología este hace referencia a un trastorno de identidad, dos confusas personalidades, pero dentro de la religión católica este es visto como el prójimo, el otro yo. Ocuparé a mi manera y en propiedad el concepto de Alter Ego, que para mi será un Alter Ego Distanciado para explicar una de las facetas en la que cabe las influencias de la pintura de Giorgio de Chirico en las obras surrealistas. La pintura de De Chirico se le ha colocado dentro de la compleja pintura metafísica, donde existe una relación entre el mundo de lo concreto y de lo real mezclándose con el mundo de lo imaginario, esto es lo que es para mí un alter ego distanciado surrealista. El ego sinónimo de Yo, hace referencia en psicología a lo individual, pero en su sentido consciente, ocupándose de las actividades psíquicas y del control de los impulsos del ello. También existe un YO que se ocupa de la valoración excesiva de uno mismo y hay un YO que es un punto de partida o de origen de mí.
El yo surrealista es un alter ego distanciado o YO distanciado porque busca en los sueños una fuente de comunicación inconsciente capaz de construir la realidad consciente, ambas son verdad, las dos realidades aparecen en una primera fase oculta y el acto artístico la hace aparecer. El Yo freudiano es el mediador entre lo que dicta el inconsciente que se adecua a la realidad externa y la conciliación de este con la sociedad, la sociedad concebida como un superyó, digamos que, todos los preceptos moralistas que el ser humano ha ido construyendo desde profundidades del tiempo cultural, educativo y contextual. Para los surrealistas no hay búsquedas de complacencia social, sino de indagación constante, meticulosamente de un Yo inconsciente, onírico, que nos da la información para generar un discurso o lenguaje apropiado para sus planteamientos plásticos, para ello el alter ego distanciado es sinónimo de la individualidad inconsciente que solo se encuentra en los sueños, ese es el verdadero YO, no es un mediador es un principio.
La ilusión es activa y esencial para llevar a cabo este decir, esta es percibida dentro de las obras mediante objetos que no se relacionan entre sí, pero que a la vez, tienen acercamiento al convivir dentro del mismo contexto pictórico. El asunto de la metafísica como algo fuera del sujeto, es una idea de lo inapresable, de lo etéreo, es un sentido de vaguedad que da lugar a realidades distintas, esas realidades que se convertirán en base de lo que mucha obra surrealista refleja, una supra realidad que se distingue por espacios vacios que poseen pocos elementos, la soledad, la presencia del hombre como destructor de la naturaleza, y a la inversa, la naturaleza que controla al hombre, ese ser de desamparo ante una realidad que finalmente termina por no controlar, así como el tratamiento conceptual del tiempo, estos son fundamentos metafísicos que se observan en la pintura de De Chirico. Los surrealistas se sintieron identificados con las imágenes, porque estas, a su vez, se relacionan con paisajes oníricos, paisajes de la mente inconsciente, fragmentos ilógicos de no clara relación que asume vastos y disimiles significados y que bien podemos observar en ciertas manifestaciones del arte conceptual, básicamente en el Arte Correo.


Aunque el Arte Correo nos viene desde los años sesentas, fundamentalmente a partir del grupo FLUXUS, en la actualidad es uno de los recursos utilizados para planteamientos de tipo conceptual. La esencia misma de no control del tiempo por el ser humano, distingue una forma que el arte cuestiona o intenta atrapar. Los tiempos, distintos cada vez, inapresables y poco ortodoxos, nos permiten sujetarlos en una igualdad universal, el Arte Correo se convirtió en una forma metafórica de atrapar el tiempo, el traslado de ideas espontáneas de un sitio a otro, elaboran un complejo lazo y también entrelazo de varios a la vez, compartiendo la idea primaria con ideas sumadas en el recorrido de un objeto, dígase carta, correo electrónico, telegrama o envío por cualquier medio, cada que este llega, encontrará la suma de otro tiempo distinto, es una manera onírica de atrapar el tiempo y una forma de entender un alter ego distanciado. La pintura metafísica de De Chirico encontró el tiempo como enigmático, para Magritte el tiempo es una ráfaga incontrolable que solo puede ser atravesado por la velocidad, Dalí nos dijo que el tiempo es flácido, se dilata y nos derrite la vida, para el Arte Correo el tiempo siempre que se comparta en un espacio, sumando otros espacios, se complementarán en muchos otros tiempos, nunca perdiendo el tiempo mismo.

MANERAS

LA POESÍA
"Incluso está permitido dar el título de POEMA a aquello que se obtiene mediante la reunión, lo más gratuita posible [...] de títulos y fragmentos de títulos recortados de los periódicos diarios"
(André Breton, Manifiesto del surrealismo, 1924)

Una de las cuestiones que me son sustancialmente inspiradoras, es este primer vínculo que se hace del surrealismo con la literatura, entendiendo que la poesía era vista como la verdadera fuente de donde manaba la profundidad del ser, la poesía era ese factor catártico de encuentro con el verdadero interior que es el que habla por nosotros. Las privativas de la poesía del surrealismo son visibles en la plástica de consideraciones surreales, así como también en las composiciones escultóricas de mismas desenvolturas, cabe poner un ejemplo para ello partiendo de las características de la poesía surrealista:
• Estructura acumulativa (parece que no acabará nunca) el todo es una suma de fragmentos.
• Carácter lúdico, jugar con palabras y versos
• No hay rima, ni métrica regulada
• La metáfora se relaciona con la comparación de dos objetos que nada tienen que ver
• Distorsión de los ordenes espacio-temporales, de la lógica de descripción
• Importancia a la sorpresa y la creación de una nueva realidad (suprarealidad)
• Lo arbitrario
• La yuxtaposición de imágenes, intersección y choque de significaciones
• Multisperspectiva (ideas simultáneas que fundan lo insólito, lo inesperado)
• Multiplicidad de significaciones














Las formas o modos de hacer poesía han ido suscitando cambios en el manejo del lenguaje durante muchísimos años. Pero la irrupción de los caligramas baudelerianos causa una deformación a todo lo que se tenía previsto. Estas formas de relacionar el lenguaje con la forma del mismo lenguaje provocaron influencias en dadaístas, que encontraron un modo de invocar el azar pero sobre todo de romper las estructuras. En México Los Estridentistas, básicamente José Juan Tablada plantearía esta manera de provocar con las palabras escritas una distribución orgánica, que permitiera una comprensión visual distinta o de relación desemejante con lo que había sucedido con la literatura poética. La rima ya no era asunto relevante, ni el acomodo matemático de las estrofas, sino la forma en la que el lenguaje es representado.
Ya veíamos que la poesía para los surrealistas fue un modo de comprensión del mundo, una manera primigenia de verdad que expresa un interior profundo, un verdadero susurro agónico que habla de lo que somos. La distribución lúdica de las palabras, el automatismo que hace que las palabras fluyan al ritmo del inconsciente. Estos modos no han perecido del todo, se han ido acomodando a la par del tiempo que cada generación artística provoca, así es que podemos observar que en los años sesentas el grupo Fluxus, junto al extraño Mail Art y el libro objeto, cuando digo extraño, no hablo de desconocimiento o de rechazo, sino de la complejidad que resulta explicar formas de arte que hablan de lo inapresable, como el concepto del tiempo o de comunicación de aspecto casi etéreo, como ya tratamos de explicar en párrafos anteriores.
El punto es, que tanto el grupo Fluxus, como los demás grupos conceptualistas, tomaron con agrado la poesía visual y provocaron una serie de manifestaciones que reflejan este camino expresado, por el cual también pasa el surrealismo. La poesía como elemento lúdico que no busca formas establecidas a la forma canónica, ni distribuye las palabras en relación sintáctica, ni pretende que los vocabularios por si solos expresen lo que académicamente significan, sino que ellos estarán en relación con multirepresentaciones y multiconceptos, insertados en otras posibilidades, compartiendo espacios que antes solo estaban preestablecidos. De esta forma podemos observar lo que ha pasado:























LA IMAGINACIÓN


Esta obra, no solo es famosa porque El Bosco realmente pintó poco y de su vida los datos no son muy exactos, sino porque las razones que se abonan al tratamiento formal y el resultado de una acumulación de ideas planteadas en esta pintura, sobrepasan a las realizadas en la misma época, pero sobre todo, traspasan el sentido del tiempo mismo, en la que este holandés rompió esquemas sobre la sugerencia de la realidad. Su obra responde al contexto en el que estaba sumergido, así que este jardín lleva en su nombre el pecado de la lujuria, la lujuria del sarcasmo. Lo que sí se puede dar por hecho es la delicia, con la que todavía ante nuestros ojos, se desprende una obra cargada de simbolismos, que provocan una soberana fantasía, una creatividad visionaria y sobre todo un reflejo vertiginoso de emociones. El jardín delicioso que pintó surge como de un sueño infinito, donde los objetos no siendo hermanados por la realidad inmediata, sugirieron al mundo de los surrealistas, ese universo que es el sueño, todo lo que en el sucede, a modo de irracionalidad o de desbordante imaginación que provoca el acto creativo. Sus influencias son determinantes y por supuesto que claras, creo conveniente relacionar elementos de la pintura de El Bosco con elementos surrealistas que en muchos pintores se volvieron recurrentes y fluir dominante de lo fantástico.








Quizás en la búsqueda de lo primigenio, algo así como la verdad del mundo, hablo del mundo interior, ese yo escarbado por los surrealistas, los hicieron referirse con cierta continuidad a la idea del huevo, este elemento misterioso se presta a las reflexiones sobre la realidad que para ellos habita en los sueños. Un huevo siempre nos resultará inquietante, un huevo es una intromisión femenina, por ende, fértil, por obviedades una recurrencia sexual, si pensamos en ello, nuestra imaginación puede a través de la imagen de un huevo, relacionar aspectos, que ubicados en el inconsciente, nos sumaran toda una serie de multisignificados, que alientan obras contemporáneas como los actos performistas. Muchas de estas representaciones, han tomado esta idea, que se conecta con una fluidez imaginativa extraordinaria dentro del mundo surrealista, para representar actos del performar (parafraseando a Ehrenberg), con cierto carácter onírico y sumando las interpretaciones del espectador que aparece estático ante la sorpresa de la actividad creadora de la imaginación.
Performance, Ana Matey , Valencia, España, 2010












LA NATURALEZA
















El tratamiento de la naturaleza ha sido una de las temáticas que el surrealismo retoma a su particular manera y que concibe en un espacio distinto y singular, la manera de quebrar formalmente las líneas de Ernst da como resultado una atmosfera de índole imaginaria, que solo podía disponerse en lo sorprendente, algo que ya había logrado Arcimboldo en pleno siglo XVI, y que los historiadores del arte han comprendido dentro del periodo del manierismo, una maniera como diríamos en italiano o una manera para entendernos en castellano de hacer que las líneas curvas infinitas dulcifiquen, y a la vez, saturen el espacio pictórico o escultórico concediendo una nueva estética de interpretación de la realidad. Arcimboldo fue más lejos, porque incluye un recinto que mas allá de la imaginación es un estadío surreal, imposible de encontrar en la realidad inmediata, inverosímil, a manera de cuento fantástico, lo consigue siendo estrictamente distinto a todos en su época, por eso es referencia para surrealistas que trabajaron la naturaleza como parte de la composición de los sueños, la naturaleza en estado onírico, un lugar donde habito solo desde mi interior, un sitio sin paralelo terrenal, otro espacio del espacio.
La observación constante de esa realidad tangible, da significado a las obras, porque son parte del contexto memorístico del ser humano, a pesar de la importancia que los surrealistas dieron al inconsciente, no desecharon la observación ni el uso de la memoria porque ellas alimentarán la producción de imágenes en los sueños. Estas imágenes son el resultado de un entorno visible que al volverse lo invisible se traduce de mil maneras. Estas maneras que aparecen, de aparente incongruencia, son el resultado de una realidad que nos pertenece y que el inconsciente traduce reflejándose en la obra. La pintura surrealista que desarrolló Ernst aunque sumidas en el uso del automatismo, fue de extrema particularidad la recurrencia al collage y al frottage , primero determinó la práctica de tales técnicas en el dibujo para trasladarlo a la pintura. Max Ernst consigue dilatar las líneas que en Arcimboldo son extremadamente sinuosas y nos fecunda una naturaleza del misterio, sin paralelos conscientes, una selva más que de ensoñación de pesadilla. Si Ernst y su labor son resultados de su nacer a orillas del Rin, el inconsciente registra este contexto y el surrealista los ubica en el ensueño, una especie de desordenamiento que las quimeras son.
Del mismo modo es el caso de Wifredo Lam, su naturaleza surrealista es espejo de su mestizaje y su entorno caribeño, su obra es formalmente un manojo de retorcidas líneas, que producen plástica singular, de un universo, que es, y será, siempre distinto al europeo, pero que evoca lo que el surrealismo no desecha y que es lo onírico, lo surreal, se encuentre este donde se encuentre, y en este punto hablo de geografías. La obra de Lam contiene las influencias del surrealismo europeo en su hechura y lo es porque el contacto con Europa fue casi de veinte años, por razones de estudios y estadías en varios lugares del continente europeo, sin embargo, su surrealismo emanado de su Yo profundo es tan único y exclusivo que se podría hablar de que el surrealismo no es, ni pretende, ni Bretón hubiera estado de acuerdo en que es de una forma, de una manera, el surrealismo es una actitud, es un ojo desarticulado de la realidad inmediata, es un talento de los que no viven de sueños, sino que hacen uso de ellos para la satisfacción creativa.
La naturaleza surrealista consigue a los ojos del espectador una emoción de distanciamiento, que no se traduce en la literalidad, sino en lo necesario de alejarnos de la obra para comprenderla, introducirnos en ella es atravesar la barrera de la imaginación y colocarnos en un lugar que parece no tener límites. La naturaleza surrealista es un sitio sin fronteras que sacude la realidad tangible y aburrida del ser humano, para aunarle una suprarealidad legítima en el sorprendente subconsciente.
En épocas actuales la naturaleza ha sido tema constante de intervenciones en todas las esferas de la sociedad, el arte no podía estar alejado de esto, una forma distintiva de relación entre el arte y la naturaleza con cierto carácter surreal, lo observamos en las manifestaciones Land Art o arte de la tierra. El hombre habiendo perdido arraigo a la naturaleza y a la tierra misma, intenta y se manifiesta creando un arte que, como bien dice Juanes (2010): “se asiente en la naturaleza” (P.248). Si el surrealismo rompió con la visión naturalista y académica de reflejar la naturaleza, básicamente encasillada en paisajes o en formas vegetales como hicieron los modernistas, el Land Art también establece rupturas de presentación de las formas artísticas, protestando contra la institucionalidad de la cultura y los asuntos mercantiles en los que el arte también se ha sumado.
Una característica que también los puede unir al surrealismo es que muchas de sus obras son realizadas en parajes inhóspitos, extraños e inaccesibles, a manera de naturaleza que solo parece habitar en los sueños y donde radica una verdad conceptual de vida, así como la reacción de sus artistas ante el entorno que les ha tocado vivir, sus obras reflejan su realidad memorística insertada en el inconsciente. Aunque el Land Art se relaciona con la efimeridad, es un hecho que el tratamiento de los fenómenos naturales, alcanza un nivel de sublimidad que siendo, en sí mismos, etéreos, y muchas veces inefables, condensan la crítica y los múltiples significados. Aunque el Land Art tenga motivos de protesta por la reacción del humano frente a la destrucción de la naturaleza, lo que si nos garantiza es la vinculación con la sorpresa, lo incrédulo, la maravilla, lo irracional, que vive y habita o parece habitar, en el mundo de los sueños. La naturaleza no ha dejado de ser tema para el arte.



CONCLUSIONES
Más allá de lo que se diga aquí, sabemos que El Surrealismo es una de las manifestaciones dentro del arte que mayores alcances ha tenido, por varias razones creo yo, una de ellas es la presentación de lo inverosímil, cuestión que provoca en la percepción humana el encuentro con la sorpresa, y por tanto, eso que es estético, causa curiosidad y agrado a la vez, esto le concede a las obras surrealistas la oportunidad de que las conozcamos mucho más que otras y se les pueda considerar crecidamente populares frente a otras manifestaciones de las vanguardias.
Motivos anteriores que hacen posible su comprensión o marcada influencia en otras manifestaciones posteriores del arte, que aunque este trabajo quede por el momento reducido al respecto, si son de estudios mucho más extensos y profundos que permitan una mejor comprensión del fenómeno. Por lo pronto, concluiré a modo de esquema para que este ensayo, con todas las pretensiones de lo lúdico, permita su completud dinámica que siempre garantiza el juego de las ideas.







































BIBLIOGRAFÍA

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